“Ordeno al Ministro de Defensa de la Federación Rusa [Serguéi Shoigú] que introduzca un régimen de alto el fuego a lo largo de toda la línea de contacto de las partes en Ucrania desde las 12:00 horas del 6 de enero de 2023 hasta las 24:00 horas del 7 de enero de 2023”, ha decretado este jueves el jefe de Estado ruso.
Según ha detallado el documento, la decisión de Putin es una repuesta al llamamiento de la cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kiril quien exigió horas antes un cese de fuego con el fin de que los ciudadanos fieles ortodoxos puedan acudir a las ceremonias religiosas.
De hecho, según el decreto, la decisión fue tomada “dado al gran número de ciudadanos ortodoxos que viven en las zonas de conflicto”.
Además, el Gobierno ruso ha instado a Ucrania a acatar el armisticio durante el mencionado periodo. “Pedimos a la parte ucraniana que declare un alto el fuego y les permita asistir a los oficios tanto en Nochebuena como en Navidad”, reza la nota.
Por su parte, el país eslavo ha rechazado el alto de fuego y en este sentido, el asesor del jefe de la Oficina presidencial de Ucrania, Mijaíl Podoliak, lo ha calificado como “una trampa cínica y un elemento de propaganda”.
Rusia anunció el 24 de febrero del año pasado el inicio de una operación militar en Ucrania, según el Kremlin, en reacción a la conducta agresiva de Kiev en la región del Donbás (este de Ucrania) y el avance sin freno de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia las fronteras rusas, ignorando las demandas de seguridad de Moscú.
El Gobierno ruso ha reiterado en varias ocasiones que su operación no abarca amenaza alguna para la población civil y que los ataques con la meta de “desmilitarizar” y “desnazificar” a Ucrania solo apuntan la infraestructura militar del país eslavo, desde 2014 liderado por la corriente pro-occidental.
nrl/mrg

 
 
 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 