EE.UU. y sus aliados insisten en acusar a Moscú de planes para invadir Ucrania. Desde Rusia rechazan tales afirmaciones y llaman al pleno cumplimiento de los acuerdos de Minsk y los tratados internacionales sobre la seguridad europea.
Aumentan los temores del estallido de un conflicto en la región, mientras se tensan más las relaciones entre Rusia y el Occidente. Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), se enfocaron en repetir sus acusaciones contra Rusia en la segunda jornada de la Conferencia de Seguridad de Múnich, desde donde volvieron a amenazar con duras sanciones si invade Kiev. El premier británico pidió, a su vez, a Moscú que retire las fuerzas que ha desplegado en las fronteras con Ucrania.
Rusia ha rechazado las acusaciones occidentales y asegurado que no busca guerra. Insiste, no obstante, en su derecho a defenderse ante amenazas a su soberanía. En esta misma línea, ha realizado masivos ejercicios militares, poniendo a prueba sus capacidades. Este sábado, concluyó con éxito unas maniobras balísticas, supervisadas por el presidente Vladimir Putin.
Sobre al aumento de tensiones en el Donbás entre Kiev y los independentistas, Rusia insiste que la única solución pasa por el pleno cumplimiento de los Acuerdos de Minsk, que han sido violados por Ucrania, con la complicidad de Francia y Alemania, según denunció el canciller ruso en una llamada telefónica con su par francés.
China llamó también al retorno a los Acuerdos de Minsk, mientras destacaba que las preocupaciones rusas sobre Ucrania deben ser respetadas.
Los acuerdos de paz firmados en 2015 en Minsk permitieron la instauración de un alto el fuego y una considerable disminución de los enfrentamientos, aunque de vez en cuando se seguían produciendo choques violentos entre fuerzas ucranianas y los separatistas.
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