El presidente del Comité de Política de Información del Consejo de la Federación Rusa (Senado), Alexéi Pushkov, rechazó el miércoles los comentarios vertidos un día antes por el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en los que acusó a Moscú de estar detrás de un ataque en la provincia siria de Idlib (noroeste) en el que murieron varios soldados de Turquía.
“Estas declaraciones forman parte de la lucha geopolítica y no tienen nada que ver con lo que realmente sucedió en Idlib. (…) Las nuevas alegaciones de Pompeo deben ser evaluadas en el marco de la política exterior de EE.UU. no según lo que realmente está sucediendo en Idlib”, argumentó.
El diputado ruso al respecto recordó que, mientras Pompeo decía que un gran número de iraníes apoyó la medida de Estados Unidos de asesinar al destacado estratega iraní Qasem Soleimani, en realidad, el país persa era escenario de masivas manifestaciones contra la acción de Washington contra el comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI).
“Pero eso no impidió que Pompeo declarara lo que no era cierto. Necesitaba encontrar una fórmula para justificar esta acción, porque el asesinato de Soleimani fue objeto de críticas muy grandes incluso dentro de Estados Unidos”, agregó.
De acuerdo con el senador ruso, no hay dudas de que Pompeo está tratando de persuadir a Turquía, como un aliado de EE.UU. y un miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a mantenerse alejado de Rusia y acercarla nuevamente a Estados Unidos.
Idlib ha sido escenario de una escalada de tensiones entre Siria (apoyada por Rusia) y Turquía, que respalda a los grupos terroristas en esta provincia, de manera que se han registrado el derribo de aviones no tripulados (drones) de ambos países, así como la muerte de decenas de uniformados turcos.
A finales de febrero, ataques aéreos del Ejército sirio causaron la muerte de al menos 34 soldados turcos en Idlib. Los bombardeos de hecho respondían a los ataques de grupos terroristas apoyados por Turquía, en la ciudad de Saraqib, en el campo sureste de Idlib, según subrayó en aquel entonces la agencia oficial siria de noticias, SANA. Sin embargo, EE.UU. responsabiliza a Rusia de la muerte de los soldados turcos y prometió pedir cuentas.
El 5 de marzo, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, sellaron en Moscú, la capital rusa, un acuerdo de alto el fuego para poner fin a semanas de tensión en la provincia de Idlib, y eliminar el riesgo de un choque directo entre tropas turcas y rusas, que combaten en bandos enfrentados en el país árabe.
Damasco denuncia la presencia ilegítima de Turquía en Siria y su apoyo a los terroristas, y asegura que continuará su lucha antiterrorista hasta liberar cada centímetro del territorio usurpado por las bandas criminales y radicales.
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