Los gigantes estadounidenses de Internet (Facebook, Twitter y Google) fueron cuestionados el martes por los senadores sobre sus papeles en los supuestos esfuerzos de Rusia para interferir en las elecciones presidenciales de EE.UU. en 2016 mediante la colocación de propagandas políticas en las plataformas. Algunos de los legisladores también aseguraron que Twitter “estaba al lado de Rusia” durante la campaña y permitió que las cuentas “vinculadas a Rusia” publicaran propagandas.
Mientras que muchos de los senadores aprovecharon la oportunidad para criticar a Moscú, repitiendo sus reclamos acerca de la interferencia electoral sin ningún nuevo dato, el senador Wyden (del estado de Oregón) superó a todos y tachó de “fascista” el Gobierno ruso.
“Con la actual postura fascista de Rusia que socava con entusiasmo nuestra democracia, EE.UU. debe defender los valores que han hecho de esta una gran nación”, sostuvo Wyden.
Dado el papel “constructivo” de la antigua Unión Socialista de Repúblicas Soviéticas (URSS) en la derrota del fascismo en la II Guerra Mundial, la embajada rusa en EE.UU. respondió rápidamente a la retorica del senador, calificando de “inaceptable” la afirmación.
Hoy, el senador de Oregón, Ron Wyden, pronunció una afirmación inaceptable contra Rusia, llamando fascista a su liderazgo. (..) ¿Entendía de qué estaba hablando?”, denuncia la embajada rusa en Washington.
“Hoy, el senador de Oregón Ron Wyden pronunció una afirmación inaceptable contra Rusia, llamando fascista a su liderazgo. (..) ¿Entendía de lo que estaba hablando?”, ha escrito la embajada en una publicación en Facebook.
El comentario de Wyden fue una “provocación directa” que podría dañar aún más las relaciones tensas entre Washington y Moscú, ha indicado la embajada, reiterando que Rusia nunca ha interferido en las asuntos internos de EE.UU.
Rusia y EE.UU. se acusan mutuamente de lanzar ataques cibernéticos. Moscú ha sido acusado de hackear y revelar correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata de EE.UU. antes de las elecciones presidenciales de EE.UU., pero el Kremlin ha negado enérgicamente su presunta participación en la trama de ataques y ha acusado a Washington de allanar el camino para la intensificación de la presión antirrusa.
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