“El pueblo de Crimea tomó una decisión, votó; el tema está cerrado históricamente, no existe ningún retorno al sistema anterior”, ha dicho Putin en la sesión plenaria del Foro Económico Oriental en la ciudad rusa de Vladivostok.
El mandatario ruso se ha referido también a la crisis en la región de Donbás, en el este de Ucrania, y ha llamado a todos los miembros del denominado cuarteto de Normandía (Alemania, Francia, Rusia, Ucrania) y Estados Unidos a que contribuyan “sin ninguna restricción ni tergiversación” a la implementación de los acuerdos de Minsk.
El pueblo de Crimea tomó una decisión, votó; el tema está cerrado históricamente, no existe ningún retorno al sistema anterior", ha dicho el presidente de Rusia, Vladimir Putin
“Hay que cumplir plenamente los Acuerdos de Minsk, sin ninguna restricción ni tergiversación, y nosotros lo buscaremos sinceramente; no somos capaces de hacerlo solos, lo deben hacer igual que nosotros los demás miembros del formato de Normandía y EE.UU., porque solo este país puede realmente influir en las actuales autoridades ucranianas”, ha señalado.
Crimea se separó de Ucrania y se adhirió a Rusia tras celebrar en marzo de 2014 un referéndum en el que más del 96 por ciento de los votantes avaló esta opción. Ese hecho dio lugar al levantamiento popular en dicha región ucraniana; algo que se vio enfrentado con la operación militar del Gobierno de Kiev.
En febrero de 2015, las dos partes llegaron a un acuerdo de alto el fuego después de conversaciones con la mediación de los líderes de Rusia, Alemania, Francia y Ucrania, el llamado formato Normandía, en la capital bielorrusa de Minsk.
No obstante, Rusia y el Occidente, liderado por EE.UU., experimentan un deterioro de las relaciones a niveles no vistos desde la Guerra Fría, ya que Washington acusa a Moscú de una supuesta intervención en la crisis ucraniana, acusación que el Kremlin rechaza.
Putin ha condicionado esta misma jornada la normalización de las relaciones con EE.UU. al respeto de Washington hacia los intereses de Moscú, ya que según ha dicho, la Casa Blanca suele ignorar la opinión de otras partes al abordar diversos asuntos y “si sigue aplicando esta lógica, es poco probable que haya un deshielo” en los nexos bilaterales.
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