De acuerdo con las autoridades rusas, Washington está suministrando armas letales a Kiev desde que estallara la crisis ucraniana.
“Rusia espera que EE.UU. no ponga palos en la rueda al proceso de Normandía (…)” precisó Churkin en alusión al papel del país norteamericano en Ucrania el cual calificó de "extremadamente destructivo" en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, en Nueva York.
El martes, los cancilleres del cuarteto de Normandía se reunieron en París, capital francesa, con el fin de abordar el conflicto ucraniano. Se trata del primer encuentro del cuarteto desde las históricas negociaciones en Minsk.
Por otra parte, el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Riabkov, expresó el lunes su preocupación por los planes de Estados Unidos de proporcionar armas al Gobierno de Ucrania al considerar que solo servirá para agravar el conflicto en este país.
"Sería un gran golpe a los acuerdos de Minsk y agravaría la situación", aseguró Riabkov.
Asimismo, reiteró que Moscú no permanecerá “indiferente "a tales actos de provocación" y "los responderá de manera apropiada".
De acuerdo con las autoridades rusas, Washington está suministrando armas letales a Kiev desde que estallara la crisis ucraniana.
EE.UU. cree que Ucrania tiene una capacidad bélica reducida, pero los expertos estadounidenses insisten en que las fuerzas del país pueden ser capacitados rápidamente para el uso de nuevos equipos militares.
Según reveló recientemente Andrew Teteruk, miembro de la Comisión de Seguridad Nacional y Defensa del Parlamento (Rada Suprema), parte de las armas suministradas por Washington se quedaron en la ciudad oriental de Debáltsevo cuando las fuerzas gubernamentales se retiraron de esa localidad estratégica.
Últimamente, en una reunión con el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko ha vuelto a pedir a la Casa Blanca suministrar más armas a Kiev.
Mientras Washington estudia la opción de ayudar militarmente a Ucrania, los europeos no están seguros al respecto.
Hace dos semanas, el senador republicano estadounidense John McCain criticó enérgicamente la posición del viejo continente, en especial la de la canciller de Alemania, Angela Merkel, por rechazar directamente la propuesta.
Para Merkel el envío de armas a Kiev no ayudaría a resolver el conflicto en el este de Ucrania.
El 19 de septiembre, además, las partes acordaron crear una zona de seguridad de 30 kilómetros, retirar el armamento pesado de la zona y permitir el despliegue de una misión de observación de la OSCE.
Sin embargo, desde entonces, el alto el fuego no se ha consolidado y en las primeras semanas del nuevo año los combates se han recrudecido, acusándose Kiev y los independistas de ser responsables de ello.
La Organización de la Naciones Unidas (ONU), el pasado 28 de enero cifró en 5360 las muertes causadas por las operaciones militares del Ejército ucraniano contra los independentistas en el este de Ucrania, que se oponen al derrocamiento en febrero de 2014 del hasta entonces presidente, Víktor Yanukóvich, y su sustitución por dirigentes prooccidentales.
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