Donde hace tres semanas sólo había bombas, ahora sólo hay pueblo. Miles de partidarios del presidente Recep Tayyip Erdogan marchan decididos y se sienten más fuertes que nunca después de la derrota del sangriento intento de golpe de Estado del 15 de julio.
La marcha parte desde la comisaría central de Policía, que fue bombardeada por los cazas F16 golpistas en la noche más larga de la historia turca. Los manifestantes se exaltan en un ejercicio de patriotismo exacerbado, que se evidencia en cuanto ven un retrato de Erdogan. Algunos van más allá y se amortajan, simbolizando que pretenden ser mártires.
Junto a los ciudadanos marchan destacados líderes políticos. Denuncian que una comunidad liderada desde Estados Unidos por un teólogo llamado ‘Fethullah Gülen’ se infiltró en el Ejército y perpetró el golpe. Critican a Europa por lo que consideran una actitud tibia a la hora de condenar la asonada. Erdogan ha llegado a acusar esta semana a Occidente de apoyar a los terroristas y a los golpistas.
Una marcha que muestra dos mensajes, el primero, un recuerdo de los 246 mártires, la mayoría civil, asesinada en el golpe de Estado del 15 de julio. Y un segundo mensaje a Estados Unidos: ‘Entréguenos a Fethullah Gülen, el terrorista número uno para los turcos’.
Lluís Miquel Hurtado, Ankara.
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