“La continuación del asesinato de miles de civiles, especialmente mujeres y niños, en Gaza y Cisjordania, bajo el respaldo evidente que otorgó Estados Unidos al vetar la resolución para detener la guerra contra los civiles palestinos, demostró una vez más que la defensa de los derechos de la humanidad y mujeres por parte de las autoridades estadounidenses no es más que una mentira”, ha recalcado este lunes el canciller de Irán, Hosein Amir Abdolahian, en un mensaje publicado en la red social X.
De hecho, Estados Unidos usó el viernes su poder de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) para frenar una resolución dirigida a concretar un alto al fuego inmediato en la Franja de Gaza.
El CSNU había convocado la reunión de emergencia para escuchar al secretario general, António Guterres, que por primera vez invocó el Artículo 99 de la Carta de las Naciones Unidas, la cual permite al secretario exponer amenazas para la paz y la seguridad internacionales. Guterres advirtió de una “catástrofe humanitaria” en Gaza e instó al Consejo a exigir un alto el fuego humanitario.
Pocas horas después de esta cita, la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, pasó incluso por encima del Congreso, al aprobar una venta a la entidad sionista de cerca de 14 000 cartuchos de munición para tanques valorados en más de 106 millones de dólares.
Esas medidas de Washington han desatado muchas críticas; el director de las Naciones Unidas en la oenegé Human Rights Watch (HRW), Louis Charbonneau, ha alertado que, al continuar proporcionando a Israel armas y cobertura diplomática mientras comete atrocidades, Estados Unidos corre el riesgo de ser cómplice de crímenes de guerra.
Desde el 7 de octubre han muerto 18 000 personas en Gaza en las agresiones de Israel, sin embargo, Biden no cree que los ataques de Israel contra la Franja constituyan una violación al derecho internacional.
En este contexto, a pesar de que Israel mantiene el enclave palestino sin provisiones básicas y la gente lucha por sobrevivir en Gaza, Washington se presenta como adalid de la defensa de los derechos humanos en el mundo y ha optado por cerrar los ojos para garantizar sus intereses.
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