En una conversación telefónica mantenida el jueves entre el canciller iraní, Hosein Amir Abdolahian, y su homólogo iraquí, Fuad Husein, las dos partes calificaron la ofensa al Corán como un insulto a la racionalidad y la libertad de expresión y repudiaron el comportamiento irresponsable del Gobierno sueco.
Asimismo, los dos cancilleres enfatizaron la necesidad de celebrar una reunión de Organización para la Cooperación Islámica (OCI) con el fin de abordar dicho acto islamofóbico.
Por segunda vez en las últimas semanas, las autoridades suecas permitieron un nuevo sacrilegio al sagrado libro de musulmanes, el Corán, en Estocolmo, lo que ha suscitado la condena de numerosos países musulmanes.
Tras lo sucedido, Irak retiró a su encargado de negocios en Suecia y pidió a la embajadora del país europeo abandonar Bagdad. Irán, por su parte, convocó al embajador sueco en Teherán y envió una nota de protesta a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).