“La República Islámica de Irán se opone a cualquier cambio geopolítico o a la presencia de fuerzas militares occidentales en el Cáucaso, porque la presencia de extranjeros no solo no resolverá ningún problema, sino que generará nuevos problemas”, ha indicado este lunes el presidente iraní, Seyed Ebrahim Raisi, en una llamada telefónica con el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián.
Además, ha señalado que, el país persa, en consonancia con su política de vecindad y la mejora de las relaciones, otorga gran importancia y da prioridad al aumento de las interacciones y la cooperación con las naciones del Cáucaso Sur.
El jefe del Gobierno iraní ha enfatizado que Armenia y Azerbaiyán deben reconocer la integridad territorial de cada uno como un paso importante hacia el establecimiento de la paz, agregando que la frontera común entre los dos países debe trascender más allá de ser solo un tema de seguridad, y debe utilizarse más bien para impulsar los lazos económicos.
Pashinián, a su vez, ha informado a Raisi sobre los últimos avances en las conversaciones de paz de Ereván, en las que acordarían fronteras, dirimirían diferencias sobre el enclave y descongelarían relaciones.
Azerbaiyán y Armenia viven enemistados desde 1988, cuando comenzó el conflicto Nagorno Karabaj, un enclave que, con apoyo del Gobierno armenio, decidió independizarse de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
Irán y Armenia cuentan con buenas relaciones y abogan por fortalecer sus cooperaciones en todos los campos. Teherán siempre se ha ofrecido a mediar entre Armenia y Azerbaiyán por su disputa en Nagorno-Karabaj, insistiendo en que todos los problemas de los Estados de la región deben resolverse sin injerencia extranjera. Además, han enfatizado reiteradamente su rechazo a cualquier cambio geopolítico en la región.
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