• Disturbios registrados en Teherán, capital de Irán, 8 de octubre de 2022. (Foto: AFP)
Publicada: sábado, 3 de diciembre de 2022 16:28
Actualizada: sábado, 3 de diciembre de 2022 18:36

El Consejo de la Seguridad de Irán informa que los recientes disturbios dejaron como saldo más de 200 muertos, incluidos guardias de seguridad.

En un comunicado emitido este sábado, el Consejo de Seguridad de Irán, bajo la dirección del Ministerio del Interior, ha clasificado a los 200 muertos como defensores de la seguridad, víctimas de ataques terroristas, personas inocentes que fueron víctimas de asesinatos de bandera falsa, los inocentes que perdieron la vida en la caótica situación de seguridad, alborotadores y elementos contrarrevolucionarios armados miembros de grupos separatistas.

El informe acusa a las cadenas BBC Persian e Iran International, este último patrocinado por Arabia Saudí, (ambas con sede en Londres, capital británica) a los que se refirió como “medios terroristas” por convertir protestas pacíficas en disturbios callejeros.

Las manifestaciones se convirtieron en disturbios y actos terroristas en un corto período con la llegada de la red de alborotadores profesionales y organizados liderados por la propaganda mediática británico-saudí, denuncia.

El Consejo de la Seguridad iraní explica que los ataques directos a sitios de seguridad, militares y policiales, el asesinato de los manifestantes (para culpar al Gobierno), la destrucción de centros médicos y ambulancias, así como de bienes privados y públicos, como municipios, vehículos de bomberos, mezquitas y los bancos fueron puestos en la agenda.

 

El enemigo también buscó perturbar la paz pública y sembrar disturbios en las calles al crear unidad entre los grupos contrarrevolucionarios e incitar a las celebridades para crear una guerra psicológica y aumentar falsamente el número de muertos, señala.

También ha destacado que los disturbios recientes infligieron decenas miles de miles de millones de riales en pérdidas al Estado, a los edificios privados y a la propiedad pública, y señala que el Ministerio del Interior ha establecido un comité para evaluar las pérdidas y determinar la forma en que deben ser compensados.

Irán ha actuado con “máxima tolerancia” ante los que tienen protesta 

“En cuanto a los manifestantes, la República Islámica de Irán los ha tratado con máxima tolerancia”, reconociendo que hay diferencia entre los disturbios, las críticas y protestas, pero “el plan del enemigo para la continuación de los disturbios y la paciencia estratégica del sistema” ha provocado grandes daños, agrega el comunicado.

República Islámica no perdonará a quienes ponen en peligro seguridad de sus ciudadanos

Asimismo el Consejo de Seguridad iraní ha advertido que desde ahora el país “actuará de modo más activo” para proteger la seguridad, paz y estabilidad en el país, y “las fuerzas de seguridad y de policía con toda su fuerza y determinación no permitirán más que algunos perturbadores con el apoyo de agencias de inteligencia extranjeras pongan en peligro la seguridad pública de la sociedad”.

“Por lo tanto, cualquier perturbación del orden público y reunión ilegal en cualquier nivel y lugar será tratada con decisión y sin tolerancia”, agrega.

Los disturbios estallaron en Irán después de que la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, quien se desmayara dentro de la oficina de la policía y muriera tres días después, el pasado 16 de septiembre en el hospital.

Pese a que la Organización de la Medicina Forense de Irán concluyó que la muerte de Amini fue causada por problemas de salud subyacentes no por supuestos golpes en la cabeza u otros órganos vitales del cuerpo, como alegaron los medios occidentales, los disturbios continuaron con el apoyo de los países extranjeros.

El Ministerio de Inteligencia y la Organización de Inteligencia del Cuerpo de Guardian de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán emitieron una declaración conjunta el 28 de octubre, señalando que la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. “desempeñó el papel principal” en fomentar los disturbios, en estrecha colaboración con los servicios de espionaje del Reino Unido, el régimen israelí y Arabia Saudí.

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