Al menos 13 personas han muerto en la tarde de hoy y otras decenas han resultado heridas en la ciudad iraní de Shiraz (suroeste), después de que un atacante “terrorista” abriera fuego contra los fieles en el mausoleo de Shah Cheragh.
El jefe del poder Judicial local, Kazem Mousavi, ha dicho que el ataque se llevó a cabo por un hombre armado y asegurado que, el atacante, “afiliado a los grupos takfiríes, fue detenido”.
El ministro del Interior, Ahmad Vahidi, ha dicho que el atentado es un nuevo “crimen cometido por los enemigos” contra la nación iraní y forma parte de una “trama y un plan complicado” urdidos por los adversarios para crear violencia y derramar la sangre de los inocentes.
El atentado terrorista, agrega Vahidi, contra un lugar sagrado como Shah Cheraq mostró que los enemigos que apoyan los disturbios en Irán buscan profanar las santidades islámicas y se oponen a la religión y sentimientos religiosos, en general.
De acuerdo con el ministro, el trágico incidente sucedido en Shiraz muestra la “crueldad” de los adversarios, y recuerda que similares actos de barbarie tuvieron lugar en las últimas semanas en el país en el marco de las protestas tras la muerte de Mahsa Amini, joven iraní de 22 años, ocurrida el 16 de septiembre en un hospital en Teherán después de ser detenida por la Policía.
Ha advertido que los enemigos están conduciendo los actos de violencia callejera en Irán por “caminos peligros”, y están utilizando los disturbios para cometer actos de terrorismo en el país.
Ha concluido, asegurando que las fuerzas de seguridad están atentas y frustrarán todos los intentos de enemigos para desestabilizar el país.
El Gobierno iraní ve las huellas de Estados Unidos e Israel en los disturbios. El Ministerio de Inteligencia iraní, a su vez, anunció a finales de septiembre sobre la identificación y el arresto de decenas de terroristas, mercenarios y agentes de organizaciones de espionaje extranjera que intentaban perturbar el orden público y cometer actos terroristas en el país.
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