El diplomático belga ha sido llamado este martes al Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán para presentarle las “fuertes quejas” de Teherán a Bruselas por el veredicto “ilegal” emitido en el caso de Asadi.
“Irán considera que el arresto, los procedimientos legales y el veredicto emitido contra Asadolá Asadi son ilegales y una violación flagrante del derecho internacional, específicamente la Convención de Viena de 1961 sobre las Relaciones Diplomáticas”, ha afirmado la Cancillería iraní en un comunicado emitido esta jornada, para luego explicar que Teherán está haciendo todo lo posible para liberar al susodicho de los cargos y asegurarse de que sea puesto en libertad lo antes posible.
Según la Cancillería persa, Irán ha seguido todos los canales políticos, de inteligencia y legales para asegurar la libertad del diplomático iraní y ha protestado ante los Gobiernos de Alemania, Austria y Bélgica por la detención ilegal de Asadi. La República Islámica considera a dichos países responsables de las repercusiones que ha acarreado su arresto.
El Ministerio de Asuntos Exteriores “se reserva el derecho a dar seguimiento a este tema a través de los canales legales y diplomáticos y, en función de ello, se están tomando medidas”, indica la nota.
Ante tales circunstancias, el embajador belga en Teherán (capital iraní) ha declarado, por su parte, que hará llegar la nota de protesta al Gobierno de Bruselas.
Estos hechos han tenido lugar en reacción al fallo contra Asadi de 20 años de prisión, emitido el 4 de febrero por el Tribunal de Amberes y condenado enérgicamente por el Gobierno de Irán.
El 2 de julio de 2018, la Fiscalía Federal belga anunció que, en un operativo, se había frustrado un atentado, dos días antes, a las afueras de París (capital francesa), donde se celebraba la reunión anual del grupo terrorista Muyahidín Jalq (MKO, por sus siglas en inglés).
La Policía francesa acusó de ello a Asadolá, un empleado de la embajada iraní en Austria, lo que llevó a su detención cuando se encontraba de viaje en Alemania. En octubre de 2018, la Justicia alemana lo trasladó a Bélgica.
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