“Si bien hemos renunciado a cualquier escalada, le aseguro que las Fuerzas Armadas iraníes están totalmente preparadas para cualquier eventualidad, por lo que no deberían intentar probar la determinación de Irán para hacer frente a cualquier aumento de tensiones en la región”, declaró ayer martes el embajador iraní en el Reino Unido, Hamid Baidineyad.
El diplomático hablaba en una entrevista exclusiva concedida a la cadena local Sky News, en la que despreció la reciente salida de tono contra Irán de la cúpula gobernante de EE.UU. tras el envío al Golfo Pérsico del grupo de ataque del portaviones USS Abraham Lincoln (CVN-72), que según la Casa Blanca fue una advertencia a Teherán.
Baidineyad, muy curtido en las relaciones internacionales, aseguró que una contienda militar con Irán no beneficiaría en modo alguno a Estados Unidos. “Nuestro análisis es que ellos —o al menos el presidente Trump— no quieren involucrarse en una confrontación militar con Irán por lo costoso que ello sería tanto para EE.UU. como para la región”, aclaró.
Si bien hemos renunciado a cualquier escalada, le aseguro que las Fuerzas Armadas iraníes están totalmente preparadas para cualquier eventualidad, por lo que no deberían intentar probar la determinación de Irán para hacer frente a cualquier aumento de tensiones en la región”, ha advertido el embajador de Irán en el Reino Unido, Hamid Baidineyad.
A la República Islámica, prosiguió el embajador, no le preocupa la retórica amenazante de EE.UU., que atribuye a “las maniobras teatrales” a que recurre la Administración del presidente estadounidense Donald Trump.
Ante la pregunta de si la campaña de “máxima presión” de EE.UU. puede forzar un cambio de sistema político en Irán, poniendo fin a la República Islámica, o hacer retroceder a Teherán, Baidineyad negó esa posibilidad con contundencia.
“No todos en Estados Unidos, pero sí al menos parte de la Administración norteamericana tiene la ilusión de que puede lograr un cambio del sistema en Irán con presiones”, indicó.
Sin embargo, añadió el diplomático, “en la actualidad toda la nación iraní está unida en defensa del sistema político del país y coincide en que hay que resistir ante las provocaciones de Estados Unidos”.
EE.UU. comenzó a incrementar su presión sobre Irán después de abandonar el acuerdo nuclear de 2015 en mayo del año pasado. Ya en 2018 reactivó embargos en dos tandas para obligar a la República Islámica a firmar un nuevo pacto más intrusivo, siendo no obstante su verdadera meta transformar el sistema político iraní, un “delirio” irrealizable de Washington según Teherán.
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