A través de un comunicado, el BCI ha anunciado este domingo que usará todos los medios a su alcance para hacer frente a la decisión de un tribunal luxemburgués de confiscar 1600 millones de dólares de activos iraníes, que responde a la solicitud de EE.UU., y ha recalcado que recurrirá a cualquier medio legal hasta restablecer los derechos de la nación iraní.
"La reciente decisión de un tribunal de Luxemburgo no significa el reconocimiento ni la aplicación del veredicto del tribunal de EE.UU., además de que la mencionada congelación (de activos) solo tiene un carácter preliminar y pretencioso", ha explicado.
La reciente decisión de un tribunal de Luxemburgo no significa el reconocimiento ni la aplicación del veredicto del tribunal de EE.UU., además de que la mencionada congelación (de activos) solo tiene un carácter preliminar y pretencioso", ha explicado un comunicado del Banco Central de Irán.
En este sentido, ha dejado en claro que Irán cuenta con numerosos recursos para luchar contra la ley luxemburguesa, como protestar y apelar ante tribunales de instancias superiores, para después afirmar que, con la cooperación del Centro de Asuntos Jurídicos Internacionales de la Oficina Presidencial de Irán, hará el máximo uso de las herramientas mencionadas para reivindicar los derechos de la nación persa.
La solicitud del país norteamericano contra los fondos de Irán en Luxemburgo fue hecha por las víctimas de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, aunque el país persa no tiene ninguna relación con estos hechos.
"Las medidas de EE.UU., en consonancia con la emisión de las llamadas resoluciones de terrorismo contra el Gobierno iraní, son, en varios aspectos, violaciones de las leyes y convenciones internacionales", ha indicado la nota.
Asimismo, según el BCI, la aplicación de la sentencia en ausencia de otros países carece de justificación y base alguna de acuerdo con el derecho internacional.
La Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó en 2016 que 2000 millones de dólares de los fondos congelados de Irán en una cuenta en Citibank, en Nueva York, deberían ser entregados a las víctimas estadounidenses de un atentado registrado en Beirut, capital libanesa, en 1983, del que Washington acusa a Irán.
La República Islámica de Irán rechazó toda implicación en dicho atentado y en cualquier otro incidente terrorista contra ciudadanos estadounidenses, y acusó a Washington de “robar” sus fondos. Además, presentó una demanda contra Estados Unidos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por la confiscación de sus activos.
Irán, de igual modo, consideró injusto y absurdo el fallo que dictó en 2012 un tribunal estadounidense, conforme al cual, Irán debía compensar a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
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