Durante su intervención el viernes ante una sesión plenaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) en Nueva York (EE.UU.), el representante permanente de Irán ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Qolamali Joshru, agradeció a Ban por su iniciativa, y subrayó que combatir el extremismo violento requiere de la voluntad seria de todos los países miembros de esa instancia.
Esa lacra, dijo el diplomático iraní, constituye una gran amenaza para la paz y la seguridad internacionales, así como para los logros económicos y sociales de las sociedades.
Según Joshru, la propuesta del secretario general de la ONU abre la puerta a mayores cooperaciones entre los Estados miembros en otros flagelos y su aplicación requiere de una medida seria y colectiva de todo el mundo.
Expresó el firme apoyo de Teherán al plan de Ban, y dijo que la República Islámica siempre ha respaldado las similares propuestas y resoluciones de la AGNA, entre ellas la resolución titulada “El Mundo Contra la Violencia y el Extremismo (WAVE, en inglés)”, y la del “Diálogo entre las Civilizaciones”, ambas presentadas por el país persa.
En su discurso pronunciado en la jornada del viernes en una sesión del organismo, el secretario general de la ONU recordó que el actual escenario global está marcado por el auge de los crímenes de grupos como EIIL (Daesh, en árabe) y Boko Haram, responsables de asesinatos, secuestros, abusos sexuales y destrucción del patrimonio cultural de los pueblos, entre otras atrocidades.

Para Ban, la violencia extremista no puede atribuírsele a una religión, nacionalidad o étnica específicas, en un claro mensaje contra la discriminación y la estigmatización. Recordó que los musulmanes son las principales víctimas del terrorismo en el planeta.
Aunque llamó a los países del mundo a dar una respuesta colectiva a ese nefasto fenómeno, advirtió que esta respuesta debe estar centrada siempre en el respeto a los derechos humanos y las leyes internacionales.
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