Agitando banderas palestinas y blandiendo carteles que decían “manos fuera de Gaza”, varios miles de manifestantes propalestinos caminaron desde Whitehall, en Westminster, hasta la embajada de Estados Unidos en Nine Elms, en el suroeste de Londres.
Los manifestantes también portaban carteles que decían “Enfréntese a Trump” y “Sr. Trump, Canadá no es su estado número 51. Gaza no es su estado número 52”.
A principios de este mes, la sugerencia del presidente de EE.UU., Donald Trump, de que Estados Unidos podría reconstruir la región asolada por el conflicto generó la condena mundial. Su objetivo es reasentar a los palestinos en otros lugares, sin ningún plan para su regreso.
“Creo que es completamente inmoral, ilegal, poco práctico y absurdo”, dijo a la AFP, el superviviente del Holocausto, Stefan Kapus de 87 años.
En este sentido, agregó que, “simplemente no se puede deportar a dos millones de personas, especialmente cuando los países vecinos ya dijeron que no las aceptarían, no por bondad de corazón, sino porque desestabilizaría a esos países. Por lo tanto, no va a suceder, pero hace mucho daño simplemente afirmarlo como un objetivo final”, valoró.
Hundreds of thousands are marching for Palestine 🇵🇸 in London today.
— Howard Beckett (@BeckettUnite) February 15, 2025
As one they demand:
An end to the slaughter
An end to the ethnic cleansing
Ban Israel 🇮🇱 from the UN now
Recognise Palestine 🇵🇸 today.pic.twitter.com/nXKdPF8l6p
La marcha, organizada por la Campaña de Solidaridad con Palestina (PSC), fue la 24.ª gran protesta propalestina en Londres desde el 7 de octubre de 2023.
Se desplegó una fuerte presencia policial mientras los agentes mantenían a los manifestantes alejados de la manifestación “Detener el odio”, donde los participantes ondeaban banderas israelíes.
El mandatario estadounidense fue más allá, diciendo que los palestinos no tendrán derecho a regresar a Gaza, una vez reconstruida, afirmando que busca “construir un lugar permanente para ellos” fuera de la Franja.
La controvertida propuesta del magnate republicano ha desatado un fuerte rechazo y condenas tanto entre la comunidad islámica, como en el resto del mundo, por considerar el plan contrario al derecho internacional y equivalente a una limpieza étnica. Para los oponentes, la idea pone fin a la aspiración de un Estado palestino y desestabilizaría toda la región de Asia Occidental.
El Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), que gobierna Gaza desde 2007, igual que otros grupos de Resistencia palestinos y la Autoridad Palestina, se ha opuesto al plan de Trump, diciendo que la Franja no es una propiedad que se pueda comprar y vender, sino una parte integral del territorio palestino.
Tanto aliados como rivales de Estados Unidos, ven además en la idea un peligro para la frágil tregua lograda en enero en la Franja, tras más de 15 meses de guerra genocida israelí, atizada por el gabinete del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
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