El proceso de reducción del envío de ayuda humanitaria a través de Rafah y el cierre del cruce de Karim Abu Salem (Karam Shalom) ha complicado mucho la situación humanitaria en Rafah, que alberga la mayor concentración de refugiados palestinos, y ha provocado protestas de la comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos.
La cadena estadounidense CNN ha informado que, en coordinación con el cese de las actividades militares israelíes, varios países han comenzado a lanzar ayuda desde el aire al pueblo de Gaza para reemplazar la ayuda reducida que se envió por camión a Gaza.
Hallazgos recientes de entidades asociadas de la Organización de Naciones Unidas (ONU) muestran que la desnutrición aguda en Gaza ha alcanzado el 16,2 por ciento, superando el umbral crítico establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 15 por ciento.
Incluso el presidente estadounidense, Joe Biden, cuyo país es el principal aliado del régimen usurpador en su agresión a la población palestina, afirmó el viernes que Washington comenzará a enviar ayuda aérea a la población de Gaza lo antes posible.
A pesar de las advertencias de la comunidad internacional, la semana pasada el ejército israelí presentó al gabinete de este régimen un plan para evacuar a la población de Rafah con el fin de preparar las agresiones terrestres contra esta zona.
Rafah, en la frontera con Egipto, es la ciudad más meridional de la sitiada Franja de Gaza, que acoge actualmente a más de 1,5 millones de desplazados de las zonas norte y central del enclave palestino, conocida como la “ciudad de tiendas de campaña” debido al gran número de desplazados. Muchas personas desplazadas viven en tiendas de campaña y muchas pasan sus días y noches en las calles y en el desierto sin ningún refugio.
El primer ministro del régimen sionista, Benjamín Netanyahu, y el ministro de asuntos militares de este régimen, Yoav Gallant, subrayaron que nada puede impedir la ofensiva militar contra Rafah.
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