Joseph Borrell destacó el domingo la importancia de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, por sus siglas en inglés), a raíz de la decisión de varios países de cortar el financiamiento a este órgano de provisión de ayuda, tras acusaciones del régimen sionista.
“La UNRWA es un salvavidas fundamental para millones de palestinos que sufren un hambre catastrófica y el brote de enfermedades. Se necesita una investigación independiente de las acusaciones, pero la retirada de fondos equivaldría a un castigo colectivo”, afirmó Borrell, tal como resume en su cuenta de X su artículo al respecto publicado en su blog.
Después de alegar que varios trabajadores de la UNRWA colaboraron con el Movimiento de la Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) en la operación denominada la Tormenta de Al-Aqsa contra Israel el pasado 7 de octubre, más de una docena de países han seguido los pasos de Estados Unidos y han suspendido sus ayudas a la organización humanitaria, las cuales son vitales en particular por la grave situación humanitaria que está provocando la guerra del régimen sionista en Gaza.
Borrell puso de relieve que aunque 12 de los trabajadores de la UNRWA han sido acusados de participar en los ataques contra Israel del 7 de octubre, se han tomado medidas al respecto.
El funcionario de la UE comparó que si unos médicos de un hospital europeo estuvieran implicados en actividades delictivas se realizaría una investigación y se tomarían las medidas apropiadas, pero “ningún gobierno dejaría de financiar la sanidad porque castigaría principalmente a la gente que recibe ese servicio”, argumentó y remarcó que “las acciones de individuos concretos jamás deben provocar un castigo colectivo sobre el conjunto de la población”.
Por tanto, el jefe de la diplomacia de los Veintisiete concluyó adviertiendo que los cortes de la financiación de UNRWA son “desproporcionados y peligrosos”.
Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Finlandia, Países Bajos, Australia, Canadá, Escocia, Suiza, Francia y Japón, entre otros países han suspendido la ayuda financiera a la UNRWA con la excusa de las mentiras sionistas.
La suspensión de esta ayuda ha aumentado el riesgo de detener las actividades humanitarias de las organizaciones afiliadas a la ONU en Gaza y ha contribuido al deterioro de la situación del enclave costero, que vive una crisis humanitaria acentuada por la guerra israelí que ha matado en casi cuatro meses a más de 27 palestinos.
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