Horas después de que el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) lanzara el sábado la operación ‘Tormenta de Al-Aqsa’ contra Israel, la Administración estadounidense, presidida por Joe Biden, inició esfuerzos diplomáticos para tratar de detener los ataques palestinos y evitar que el conflicto se expanda a otras partes de Asia Occidental.
En esta línea, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, habló con varios ministros de Asuntos Exteriores de países árabes que normalizaron relaciones con Israel y les pidió que condenaran el ataque de HAMAS, según informó el diario Axios, citando a un funcionario estadounidense. Sin embargo, los diplomáticos árabes rechazaron la petición de Blinken.
El jefe de la Diplomacia estadounidense, agrega el informe, también hizo la misma solicitud a su homólogo saudí, el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud. No obstante, después de la llamada, Bin Farhan dijo en un comunicado que Arabia Saudí rechaza los ataques a civiles, pero no condena el ataque de HAMAS.
Según Axios, el ataque sorpresa de HAMAS a los territorios ocupados palestinos asestó “un duro golpe” a la “meticulosa campaña del presidente Biden para lograr un acuerdo de [normalización] entre Arabia Saudí e Israel”.
El informe detalla que la posible intensificación del conflicto “haría más difícil, si no imposible, que Biden negocie un acuerdo” entre Arabia Saudí e Israel.
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