En esta casa palestina en la ciudad de Belén, reinaba la desesperación de una familia que daba el último adiós a su hijo. Mohamed Shehadeh, de tan solo 14 años, salió de casa en la tarde del martes, y este miércoles, volvió sin vida, para dejar un dolor y una herida que jamás se olvidará.
El ejército israelí alega que disparó a Mohamed, porque lanzaba cócteles molotov. Pero, su familia, dice que las fotos muestran todo lo contrario. Se trata del segundo menor asesinado a manos de fuerzas israelíes en una semana. La indignación en los asistentes al funeral y la familia de víctima es máxima.
Desde el Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador palestino, Riad Mansur, aseguraba que todos los crímenes israelíes contra los palestinos, vienen de una misma causa: el apartheid.
Mansur que llevaba una mascarilla que exigía el fin del apartheid israelí, pidió a la comunidad internacional que tomen medidas prácticas para poner fin a la impunidad del régimen de Tel Aviv y hacerle rendir cuentas por sus atrocidades.
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