“El régimen de Israel pagará un alto precio por la destrucción de la aldea beduina Jan al-Ahmar, ya que los crímenes de Israel contra los niños y mujeres palestinos son suficientes para lanzar otra gran Intifada”, ha declarado este jueves Fawzi Barhum, un portavoz de HAMAS.
Israel destruyó el miércoles con brutalidad Jan Al-Ahmar, cerca del cual el régimen de Tel Aviv tiene planeado construir 92 nuevos asentamientos ilegales. Los residentes de esta aldea beduina han resistido durante la última década a los intentos de desplazamiento forzoso.
Hazem Qassem, otro vocero de HAMAS, aseguró que el implacable ataque israelí a ese lugar es una extensión de la política de limpieza étnica de Israel, que lleva practicando desde hace más de siete décadas contra los palestinos.
El régimen de Israel pagará un alto precio por la destrucción de la aldea beduina Jan al-Ahmar, ya que los crímenes de Israel contra los niños y mujeres palestinos son suficientes para lanzar otra gran Intifada”, ha declarado Fawzi Barhum, un portavoz de HAMAS.
Qassem también pidió intensificar el esfuerzo nacional para enfrentar la política racista de Israel, que busca lograr sus objetivos expansionistas mediante la expulsión de los palestinos de sus tierras.
El régimen de Tel Aviv lleva aplicando políticas expansionistas y racistas para cambiar la demografía y el tejido social de los territorios palestinos ocupados.
Estas políticas “discriminatorias” han ayudado a unos 570 000 colonos israelíes a ocupar más de 120 asentamientos construidos desde el inicio de la ocupación de los territorios palestinos de Cisjordania y Al-Quds (Jerusalén) tras la Guerra de los Seis Días en 1967.
Las colonias israelíes en esos territorios palestinos son consideradas “ilegales” por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE) y un gran número de países, dado que la Convención de Ginebra prohíbe construir en tierras ocupadas.
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