Los manifestantes exigieron una vez más la dimisión de Netanyahu, al que tildaron de “ministro del crimen”, mientras clamaban lemas como “vergüenza”, “poder corporativo, crimen organizado” y “la gente exige justicia social”, entre otros, que resonaron en las calles de Tel Aviv.
Los indignados aseguraron, asimismo, que no se rendirán hasta lograr sus objetivos y expresaron que continuarán con su “obligación” de manifestarse cada semana hasta enviarle al premier israelí a prisión por afrontar dos investigaciones penales por separado, conocidas como los casos 1000 y 2000.
Además de Tel Aviv, en las ciudades de Haifa, Afula y Petah Tikva se realizaron el mismo sábado manifestaciones similares contra la corrupción de Netanyahu, quien describió estas concentraciones como parte de los esfuerzos destinados a derrocarlo “a toda costa”.
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