Publicada: domingo, 21 de septiembre de 2025 19:45

La cocina de Isfahán refleja siglos de cultura, combinando especias, historias y tradiciones en experiencias culinarias inmersivas para los viajeros.

Por Humaira Ahad

  • Los turistas se involucran profundamente a través de talleres de cocina, visitas a mercados y platos tradicionales que los conectan con las tradiciones alimentarias vivas de Irán.
  • Platos exclusivos como Beryani y Khoresht Mast muestran el arte, la historia y la sabiduría medicinal de Isfahán en cada sabroso bocado.

En la provincia de Isfahán, en el centro de Irán, el plato de Beryani cuenta una historia que abarca siglos.

El tono dorado de la carne, el apetitoso aroma a azafrán y canela, y el crujiente pan sangak servido junto con Sabzi-Khordan fresco, una canasta de rábanos, cebolletas y hierbas aromáticas, se combinan para crear una experiencia sensorial que trasciende la simple cena.

La comida transmite la gloriosa historia de la icónica ciudad, su fascinante cultura y el amor perdurable por la artesanía culinaria entre sus habitantes.

La gastronomía iraní ha sido desde hace mucho tiempo un reflejo de su rico patrimonio cultural. Su gastronomía captura las tradiciones, la geografía y la identidad de su gente. Entre las joyas culinarias del país, Isfahán destaca por una tradición gastronómica que ha atraído a turistas durante siglos.

Las hierbas aromáticas de Isfahán, las especias molidas a mano y las recetas centenarias ofrecen a los viajeros la oportunidad de explorar una ciudad cuya comida es tan compleja como su arquitectura reconocida por la UNESCO.

Sabores locales: puerta de entrada a la cultura de Isfahán

La gastronomía de Isfahán es una puerta de entrada a la rica cultura de la ciudad. Los platos tradicionales reflejan la geografía y la historia de la región, desde su clima desértico hasta las rutas comerciales que trajeron especias, hierbas e ingredientes de todo el Imperio Persa.

Guisos con sabor a gachas y abundantes platos de carne, a menudo servidos con pan fresco, dominan el panorama culinario. Estas comidas son la identidad de la ciudad y ofrecen a los turistas la oportunidad de sumergirse en la vida local de forma inmersiva.

Hoy en día, la oferta gastronómica de la ciudad se integra cada vez más al turismo creativo. Los turistas participan activamente en talleres gastronómicos, observan técnicas culinarias en cocinas tradicionales y degustan platos elaborados con métodos centenarios.

Este enfoque transforma la comida de un simple producto a una experiencia cultural, permitiendo a los viajeros apreciar la habilidad, la paciencia y el arte que hay detrás de cada receta.

Mercados y vida callejera: el corazón de la gastronomía de Isfahán

Los concurridos bazares de Isfahán ofrecen un festín para todos los sentidos. En los callejones de los mercados tradicionales, las especias se apilan en coloridas torres, el aroma a pan recién hecho emana de los hornos de ladrillo y los vendedores ofrecen muestras de beryani, kuku qandi y otras delicias.

El mercado de Julfa, en el histórico barrio armenio de la ciudad, es especialmente famoso por sus productos aromáticos, desde azafrán y frutas secas hasta nueces y hierbas aromáticas que ofrecen a los visitantes una muestra directa de la herencia culinaria de Isfahán.

Pequeños restaurantes apartados de las calles principales sirven platos tradicionales como Kaleh Joosh y Yakhmeh Torsh.

Estos platos, algunos de los cuales rara vez se preparan en los hogares iraníes hoy en día, ofrecen a los turistas una experiencia auténtica de la vida cotidiana de Isfahán y de sus tradiciones alimentarias históricas.

El alma de la cocina de Isfahán

El beryani es el emblema culinario de la ciudad. Elaborado con carne molida de cordero, azafrán, menta, cebolla y canela, y adornado con nueces, se acompaña tradicionalmente con pan sangak y hierbas frescas. Generalmente acompañado de un plato de Aab-Goosht, un estofado de cordero, el beryani es un plato centenario cuyos ricos sabores y su distintiva apariencia lo convierten en una visita obligada para los visitantes.

El Khoresht Mast o estofado de yogur es un postre frío elaborado con cordero, yogur batido, azafrán y azúcar. Este postre combina de forma distintiva sabores dulces y ácidos, ofreciendo un marcado contraste con los postres iraníes más convencionales.

Yakhmeh Torsh combina arroz, cordero, albaricoques, membrillo y azúcar o jarabe de dátiles en un guiso agridulce. Tradicionalmente considerado beneficioso para la anemia y la salud ósea, este plato representa siglos de conocimiento culinario y sabiduría medicinal. Su preparación es meticulosa, un proceso que refleja el cuidado y la paciencia inherentes a la cocina isfahán.

Kuku Qandi, un postre fragante a base de papa, combina papas, huevos, agua de rosas, azafrán, azúcar y jugo de limón, brindando un aroma delicado y un sabor nostálgico.

El Kachi Haft Dokhtaroon, un postre de gran riqueza cultural, está impregnado de leyendas. Tradicionalmente, siete niñas lo preparaban los martes como parte de un ritual. Se elabora con harina de trigo, pistachos, almendras y agua de rosas. Su textura similar a la de un suflé y su delicado aroma lo convierten en una receta ligada tanto a la tradición como a la narrativa.

El kaleh joosh es un plato sencillo pero sabroso, originario de las tribus nómadas de Irán. La berenjena se hierve con kashk (suero de leche), menta seca, nueces y cebolla para crear una sopa sencilla, nutritiva y emblemática. Se suele servir con pan crujiente, lo que ofrece una experiencia directa de la vida nómada.

El plato de Beryani de Isfahán cuenta una historia que abarca siglos.

Experiencia culinaria inmersiva

El turismo culinario de Isfahán se extiende a talleres interactivos y clases de cocina, donde los turistas pueden observar y participar en la preparación de platos tradicionales.

Los participantes aprenden las sutilezas de las combinaciones de especias, amasan masa para pasteles o preparan guisos de larga cocción, adquiriendo una perspectiva del patrimonio gastronómico de la ciudad. Estas experiencias ofrecen lecciones interactivas sobre la cultura, la historia y la vida cotidiana en Irán.

Los visitantes pueden pasar horas en un taller de elaboración de dulces, aprendiendo a preparar Kuku Qandi o Kachi Haft Dokhtaroon bajo la guía de cocineros locales.

En las cocinas tradicionales, los sonidos de cortar hierbas, remover guisos y doblar pasteles sumergen a los participantes en los rituales y prácticas que se han transmitido de generación en generación.

Cada experiencia sensorial, desde el aroma del azafrán hasta la sensación de la masa, conecta a los turistas con la historia viva de la ciudad.

En Isfahán, estos turistas incluyen tanto viajeros nacionales como internacionales. Estudios demuestran que los visitantes nacionales suelen ser adultos jóvenes que buscan experiencias únicas. Los turistas internacionales suelen ser mayores, atraídos por la oportunidad de sumergirse en la cultura y disfrutar de sabores auténticos.

Las observaciones sugieren que las mujeres priorizan la seguridad alimentaria y los ingredientes naturales, mientras que los hombres se centran más en el sabor y la novedad. Estos patrones han influido en el desarrollo del turismo culinario creativo de Isfahán.

Talleres de cocina, recorridos por el mercado y experiencias prácticas están diseñados para satisfacer las expectativas de diversos grupos, garantizando que tanto los viajeros nacionales como los internacionales puedan interactuar de manera significativa con la cultura gastronómica de la ciudad.

Isfahán también acoge festivales gastronómicos y eventos gastronómicos que muestran los sabores y las técnicas locales. Desde pequeñas reuniones rurales hasta celebraciones urbanas, estos eventos destacan el cultivo del azafrán, la repostería y las recetas tradicionales.

Los turistas tienen la oportunidad de observar a los chefs iraníes en acción, aprender métodos locales e incluso intentar preparar platos raros.

Estos festivales conectan a los visitantes con productores locales y cocineros caseros al tiempo que enfatizan la preservación del patrimonio y el compromiso de la comunidad.

La gastronomía de Isfahán es una expresión viva y palpitante de cultura, tradición e historia. El turismo culinario creativo garantiza que los turistas hagan más que comer: participen, aprendan y experimenten los rituales, sabores y arte que definen a Isfahán.

En los mercados, cocinas y talleres de la ciudad, la comida se convierte en un lenguaje de conexión, vinculando a los turistas con los locales y permitiéndoles participar en tradiciones centenarias.

Explorar Isfahán a través de su gastronomía ofrece una ventana al corazón de la ciudad, donde cada plato narra una historia.

Para aquellos que deseen comprender verdaderamente Irán, sumergirse en el rico patrimonio culinario de Isfahán ofrece una forma íntima e inolvidable de experimentar el país.