Por: Ivan Kesic
La República Islámica de Irán se ha consolidado firmemente como una fuerza pionera en el desarrollo y despliegue de robótica militar avanzada, en claro testimonio de su inquebrantable compromiso con la autosuficiencia tecnológica y la disuasión estratégica frente a amenazas regionales y transregionales complejas.
A través de décadas de investigación e innovación dedicadas, las fuerzas armadas iraníes han logrado diseñar y fabricar una variada gama de vehículos terrestres no tripulados (UGVs, por sus siglas en inglés) que están transformando el campo de batalla moderno, al mejorar significativamente las capacidades operativas y reducir al mínimo los riesgos para el personal humano.
Estos sofisticados sistemas —que incluyen plataformas de reconocimiento, combate y logística— reflejan el profundo entendimiento de Irán sobre los requerimientos de la guerra del futuro, así como su transición estratégica hacia una estructura de defensa inteligente y tecnológicamente impulsada.
La exitosa nacionalización de esta tecnología sensible, conseguida a pesar de severas restricciones internacionales, no solo fortalece la seguridad nacional, sino que también posiciona a Irán dentro de un exclusivo grupo de países capaces de producir sistemas autónomos de tal nivel de sofisticación.
Este enfoque estratégico en el desarrollo robótico se sustenta en una estrecha colaboración entre universidades, empresas del conocimiento y organizaciones de investigación militar, lo que garantiza un flujo continuo de innovación y formación de personal especializado.
Las ventajas generales de estos sistemas son múltiples: reducen de forma considerable las bajas humanas al ejecutar operaciones de alto riesgo como el desminado y el reconocimiento; mejoran la eficiencia y la velocidad operativa; ofrecen capacidades para operaciones nocturnas y en condiciones climáticas adversas; y constituyen una solución rentable para el sostenimiento militar a largo plazo.
El avance de Irán en este campo refleja una determinación nacional por mantener su seguridad, independencia y autoridad, con miras a superar los desafíos técnicos e infraestructurales para realizar el máximo potencial de un ejército integrado por vehículos de combate no tripulados, asegurando que la República Islámica se mantenga a la vanguardia de la tecnología militar y la innovación estratégica.

Qassem y las primeras plataformas del CGRI: pioneros en la guerra robótica
El robot de combate Qassem representa uno de los proyectos robóticos más destacados del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), operando como una plataforma de mando para drones en zonas de combate urbano, además de funcionar como portador de drones de combate.
Este sistema no tripulado de gran tamaño tiene el potencial de ser utilizado en funciones como transporte de carga, reconocimiento y ataque, con opciones posibles de equipamiento con misiles antitanque, ametralladoras pesadas y sistemas ópticos avanzados, aunque la información oficial disponible sigue siendo limitada.
La Fuerza Terrestre del CGRI fue, de hecho, la primera en utilizar operativamente robots de combate en Irán, al presentar dos plataformas robóticas durante el ejercicio ‘Gran Profeta 9’ en 2015, las cuales realizaron misiones de reconocimiento y combate.
Para 2016, ya se mostraban modelos mejorados con un alcance de 2 kilómetros, guiados y controlados mediante una cámara térmica de visión nocturna en la parte superior y otra cámara diurna/nocturna en la parte inferior.
Se incorporó un sistema inteligente capaz de guiar automáticamente al robot de regreso a su punto de origen en caso de interferencias o pérdida de comunicación. Además, estaba armado con una ametralladora PKM calibre 7.62 mm para enfrentar objetivos, sentando así las bases iniciales del ejército robótico de Irán.

Heydar: un robot de combate estratégico y multifuncional
El robot de combate y reconocimiento Heydar constituye uno de los logros más significativos de la Fuerza Terrestre del Ejército de la República Islámica de Irán, presentado en octubre de 2019 ante altos mandos y expertos técnicos.
Este robot, de pequeñas dimensiones, pero gran importancia estratégica, posee amplias capacidades en destrucción, reconocimiento y operaciones multipropósito, destacando por su notable combinación de movilidad y poder de fuego.
Su diseño integra cuatro ruedas independientes, cada una conectada a un motor distinto y coordinadas mediante una cadena y un mecanismo similar a una caja de cambios, lo que le otorga una maniobrabilidad superior en terrenos difíciles.
Un sistema de amortiguación dedicado garantiza estabilidad en superficies irregulares, como bosques o caminos de tierra, permitiéndole superar obstáculos con facilidad.
El robot cuenta con capacidad de movimiento en 360 grados y puede alcanzar velocidades de hasta 60 km/h, con un alcance operativo de hasta 30 kilómetros y una capacidad de carga de hasta 40 kilogramos.
Es controlado de forma remota desde una distancia de hasta 10 kilómetros, y emplea un sistema avanzado de inteligencia artificial que le permite ejecutar misiones de forma autónoma, mantener operatividad en caso de pérdida de comunicación y brindar retroalimentación directa al operador.
Está equipado con una cámara diurna, y puede ser dotado de visión nocturna, cámaras térmicas, sensores inteligentes y sensores acústicos capaces de detectar vehículos blindados enemigos como tanques y transportes de personal.
Otros elementos incluyen sistema GPS, estación de carga, puerto informático para programación, diversas luces y un interruptor de emergencia. Su diseño camuflado le permite permanecer oculto en emboscadas por hasta una semana.
En cuanto a su poder ofensivo, el Heydar puede cumplir funciones de francotirador, bomba kamikaze o unidad de reconocimiento, y está diseñado para atacar tanques, vehículos blindados, trincheras y grupos de infantería enemiga.
Puede portar diversos tipos de munición, incluidas granadas con espoletas activadas remotamente, y puede emplearse para crear trampas explosivas móviles para columnas enemigas.
En modo kamikaze, utiliza una carga hueca capaz de penetrar el blindaje en forma de V de vehículos militares, asegurando su destrucción total.
Las pruebas de campo han demostrado con éxito su capacidad para destruir un tanque obsoleto, y todos sus componentes —incluido el motor— fueron diseñados y fabricados completamente por expertos nacionales. Actualmente, se desarrollan modelos más avanzados con mayor fluidez de movimiento y capacidades incrementadas.

Caracal: una plataforma ágil y letal
El robot de combate Caracal, presentado por la Fuerza Terrestre del Ejército en 2020, constituye otro logro sobresaliente e innovador de la robótica militar iraní, diseñado para un desempeño eficaz en operaciones terrestres con énfasis en agilidad y potencia de fuego.
Está específicamente diseñado para operaciones en tierra, con un sistema de suspensión independiente 6x6 que le confiere una agilidad y flexibilidad excepcionales, permitiéndole desplazarse sobre diversas superficies y superar eficazmente obstáculos naturales y artificiales, incluyendo terrenos escarpados, zonas montañosas y pendientes pronunciadas.
El robot puede alcanzar una velocidad máxima de 30 km/h, lo que le permite responder con rapidez en situaciones críticas y desplazarse con urgencia a distintos puntos del campo de batalla. Tiene un alcance operativo de más de 500 metros, lo que le permite operar eficazmente en entornos amplios y remotos, transmitiendo información vital a los centros de mando.
Una característica clave es su capacidad para portar armas ligeras y semipesadas, incluyendo ametralladoras ligeras y armas antitanque, lo que le permite cumplir misiones militares de manera autónoma, sin necesidad de presencia humana directa.
Está equipado con sistemas inteligentes de control remoto que permiten a los operadores monitorearlo y dirigirlo a distancia, y posee la capacidad de tomar decisiones tácticas automáticamente, sin intervención humana, gracias a su telémetro láser y sistemas ópticos para identificación precisa de objetivos y análisis del campo de batalla.
Estas características permiten al Caracal desempeñar un rol vital en múltiples misiones militares, incluyendo reconocimiento, despeje de zonas peligrosas, apoyo de fuego y ataques directos, especialmente en entornos urbanos y complejos, donde su velocidad y precisión pueden aprovecharse sin poner en riesgo vidas humanas.
Los ejercicios recientes han demostrado su utilidad práctica tanto en roles de combate como de apoyo, con una variante equipada con una ametralladora PKT de 7.62 mm liderando una escuadra de infantería, mientras otra se desempeñaba como unidad logística y de evacuación de heridos en retaguardia.

Nazir: un sistema versátil de lanzamiento de misiles
El robot lanzamisiles Nazir, presentado en abril de 2015 coincidiendo con el Día del Ejército, se erige como uno de los logros más avanzados en el inventario de robótica militar de Irán, diseñado para una amplia gama de misiones tácticas y militares.
Este sistema no tripulado y controlado remotamente se produce en modelos de 4 y 6 ruedas, lo que le confiere una estructura adaptable y adecuada para diversos entornos operacionales.
Cuenta con una considerable capacidad de carga, pudiendo transportar hasta 600 kilogramos de armas, equipos y otros suministros militares, lo que lo convierte en una herramienta ideal para operaciones que requieren alta flexibilidad y movilidad en áreas de difícil acceso.
En cuanto a su armamento, el Nazir puede estar equipado con dos lanzadores de misiles antiaéreos o dos lanzadores de misiles antiblindaje, lo que le otorga la versatilidad necesaria para enfrentar objetivos tanto terrestres como aéreos de manera efectiva.
Posee un radio operativo de 2000 metros, lo que permite a las fuerzas militares controlar el sistema desde una distancia segura tanto para misiones de reconocimiento como de combate.
Para mejorar su supervivencia en el campo de batalla, está equipado con lanzagranadas de humo montados a ambos lados, lo que facilita su camuflaje y ocultación en situaciones de combate. Además, utiliza un motor eléctrico de bajo nivel sonoro, lo que reduce la detección auditiva, aumenta la eficiencia energética y disminuye la dependencia de combustibles convencionales.
Texto recogido de un artículo publicado en PressTV.