El día vienes 14 de agosto Estados Unidos volvió a sufrir una desastrosa derrota en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU al obtener sólo un voto –de un total de quince- en apoyo a su idea de prorrogar el embargo de armas contra Irán.
La administración Trump había desarrollado una ofensiva diplomática previo a la reunión del CSNU destinado a obtener los votos que le permitieran prorrogar las sanciones en materia de impedir la compra de armas por parte de la nación persa, y que debe cesar este 18 de octubre en el marco de lo que son los acuerdos establecidos en el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA por sus siglas en inglés).
Tanto el secretario de estado Mike Pompeo, como la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Kelly Craft, habían verbalizado la necesidad de obtener una prórroga de estas sanciones, bajo argumentos que contemplaban acusaciones contra Irán absolutamente irracionales, que en su sentido estricto son aplicables a lo que es la política de Estados Unidos para Asia occidental. Las acusaciones vertidas por los altos funcionarios de la administración Trump, contra la República Islámica de Irán, según la administración Trump: expresan la necesidad de prevenir el terrorismo, la venta de armas y generación de inestabilidad en la región, el peligro para la navegación marítima y aérea si no se impide acceder a la compra de armas.
Las acusaciones de Pompeo y Craft resultan, no sólo falsas, sino que expresan algún tipo de trastorno propia de embusteros compulsivos, inventores de excusas para justificar una política hegemónica, belicista y que busca imponer sus objetivos. La amenaza mayor para los países de Asia occidental es aquel que representa el 35% de las ventas mundiales totales de armas a las monarquías corruptas de la región, entre ellas Arabia saudí, quien agrede a Yemen desde el año 2015 a la fecha y quien organiza, financia y protege a cientos de grupos terroristas takfiri que operan en Siria, Irak, Yemen, Afganistán, Libia entre otros países.
Es Estados Unidos quien posee 800 bases militares en el mundo, donde al menos 50 de ellas de distintos tamaños y capacidades operativas se encuentran diseminadas por todo Asia occidental: cada una de ellas como apoyo militar a políticas de agresiones, invasiones y generación de inestabilidad. Estados unidos es el país que apoya en forma incondicional al régimen sionista en su política de colonización y ocupación de Palestina a contrapelo de decenas de resoluciones y dictámenes del Consejo de Seguridad de la ONU y su Asamblea General, que exigen a Israel terminar con esta política genocida. Ha sido Washington el que permanetemente ha vetado todas las resoluciones que indican a Israel como responsable de una política violatoria de los derechos humanos de la población palestina cometiendo crímenes de guerra y lesa humanidad.
Ha sido el gobierno estadounidense el que ejecuta acciones de asesinato selectivo contra funcionarios estatales de países rivales, como fue el caso del ataque con resultado de muerte contra el teniente general Qasem Soleimani el día 3 de enero del año 2020, en las inmediaciones del aeropuerto de Bagdad, en un claro ejemplo de terrorismo de estado. Es Washington quien ha ordenado acciones de bandidaje contra aviones comerciales de la nación persa en cielos de un país extranjero. Estados Unidos y su V Flota Naval, atracada en Bahréin, en el Golfo Pérsico, es quien representa un peligro para la libre navegación de los países de la región, ya que se trate del Estrecho de Ormuz, el Océano Índico o Bab El Mandeb.
El cinismo de las autoridades estadounidenses no tiene límites, cuando tenemos que escuchar y leer las declaraciones de su secretario de estado Mike Pompeo cuando afirma, tras conocerse la decisión de no acoger la resolución de prórroga del embargo de armas contra Irán que “El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene la responsabilidad de mantener la paz y la seguridad internacional. Hoy no ha podido cumplir su misión fundamental. Ha rechazado una resolución razonable allanando el camino, para que el principal Estado patrocinador del terrorismo compre y venda armas convencionales sin ninguna restricción concreta por parte de la ONU por primera vez desde hace más de una década”.
Nuestros países en Latinoamérica, África y Asia bien saben quién es el principal patrocinador del terrorismo y quien tiene el 50% del mercado mundial de armas, incluyendo armas de destrucción masiva instaladas en bases militares a lo largo del mundo. Si de verdad el Consejo de Seguridad de la ONU cumpliera al pie de la letra su papel, debería aplicar el capítulo VII de la carta de las Naciones Unidas precisamente a quien representa una amenaza a la paz y la quebranta permanentemente.
Estados Unidos es un violador contumaz de las leyes internacionales, que sólo acepta aquello que lo beneficia y cuando las decisiones son contrarias a sus objetivos amenaza a diestra y siniestra. Tras la votación en el seno del Consejo de Seguridad el pasado viernes 14 de agosto su reacción iracunda, de menosprecio a lo que los países miembros del CSNU habían decidido, refleja en toda su dimensión a este país arrogante, con una administración megalómana y sobre todo violenta con su sociedad y con el mundo.
Efectivamente el gobierno estadounidense señaló, que al fracasar el proyecto de resolución recurrirán al llamado mecanismo de resolución de disputas del pacto nuclear a fin de reestablecer todas las sanciones del CSNU contra la nación persa, incluyendo el embargo de armas. Resulta absurdo que el país que abandonó dicho Acuerdo, que no ha respetado en modo alguno lo establecido en el Plan integral de Acción Conjunta, quiera hoy usar este mecanismo apelando a su condición de participante en el momento que se firmó el JCPOA.
Estados Unidos no aprenderá en modo alguno de esta lección, de este sacudón de dignidad que le ha dado Irán. Una votación que da muestras de variados resultados: fracaso de la política de Estados Unidos y el sionismo, que es hablar de la misma política exterior. Un enorme triunfo de la diplomacia de la nación persa en orden a mantener un discurso y una línea política respecto al acuerdo nuclear donde prima su soberanía incluso si ello le genera dificultades con los miembros europeos del G5+1 - Francia, Gran Bretaña y Alemania - Estados unidos cada día, en el plano político internacional está más sólo y la única manera que posee, de atraer voluntades, es a través de las amenazas y el chantaje. Las propias autoridades chinas lo afirman por voz del representante permanente de China ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Zhang Jun, quien destacó que el resultado de la votación “demuestra una vez más que el unilateralismo no recibe apoyo y que la intimidación fracasará”
A Estados Unidos no le importan los organismos internacionales, los usa como plataformas políticas y comunicacionales cuando alguna postura suya tiene algún alcance de apoyo favorable o sirve de objetivo para sus ataques sino funciona calificando a esos organismos como sometidos a China, Rusia u otro rival. Estados unidos no respeta las resoluciones ni las votaciones cuando le son desfavorables pero exige su cumplimiento cuando lo son. Eso se llama oportunismo del más vil y canalla de los oportunismos que puedan existir. Pruebas al canto “En los próximos días, Estados Unidos cumplirá con esa promesa de no detenerse ante nada para extender el embargo de armas”, dijo la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Kelly Craft, en un comunicado tras confirmarse su contundente derrota en el CSNU.
Washington da palos de ciego, pues incluso en la derrota, sigue tratando de pinchar con su aguijón venenoso. No cesará en su política de máxima presión contra Irán ni contra aquellos países que están en el radar de su hostilidad de Washington contra aquellos que no se sitúan en el club de los incondicionales. La ceguera del gobierno estadounidense y su absoluta complicidad con el régimen sionista israelí los hace definir (a través de Mike Pompeo) el fracaso en la votación del CSNU como “inexcusable” argumentando que se trata de un acto que va contra los países árabes y sobre todo contra Israel, dejando en evidencia cuál es su objetivo en toda esta parafernalia política: defender al régimen genocida sionista y a las monarquías corruptas del Golfo Pérsico. Todo lo demás, es cuento.