• Sede del Servicio Federal de Información (BND, en alemán) en Berlín, la capital de Alemania.
Publicada: domingo, 19 de marzo de 2017 3:34
Actualizada: lunes, 20 de marzo de 2017 20:29

La inteligencia alemana está convencida de que el líder disidente turco, Fethulá Gülen, no orquestó el golpe de Estado en Turquía.

El director del Servicio Federal de Información (BND, en alemán), Bruno Kahl, ha anunciado en una entrevista publicada este sábado que la Inteligencia alemana no cree que Gülen haya estado detrás del golpe de Estado fallido en Turquía.

Kahl asegura que los servicios secretos alemanes, a pesar de haber recaudado amplia información sobre el golpe de Estado en Turquía, no han conseguido establecer vínculo alguno entre esa revuelta y Gülen o personas cercanas al líder opositor turco.

Turquía ha tratado de convencernos de que Gülen es quien orquestó el golpe [de Estado] pero ha fallado en sus intentos”, señala el director del Servicio Federal de Información (BND, en alemán), Bruno Kahl.

“Turquía ha tratado de convencernos de que Gülen es quien orquestó el golpe [de Estado] pero ha fallado en sus intentos”, señala Kahl, quien reitera que el Gobierno de Ankara sigue insistiendo en la culpabilidad del disidente y sus socios a pesar de que no cuenta con ninguna evidencia.

 

Ankara culpa a Gülen, residente en EE.UU., de estar detrás del intento de golpe de Estado y ha emprendido una amplia purga para atajar su influencia en la vida pública. A su vez, el líder disidente niega las acusaciones, diciendo, por su parte, que el presidente Recep Tayyip Erdogan planea un golpe blando contra la Constitución.

Además Kahl asegura que el Movimiento de Gülen (nombrado por Ankara como Organización de Terror Gulenista o FETO) no es una entidad terrorista como lo define Turquía sino es una asociación civil para la educación religiosa y secular, lo que contradice las alegaciones de los funcionarios turcos.

En menos de un mes del fallido intento de golpe, el Gobierno turco ha despedido o detenido a más de 60 000 personas en las Fuerzas Armadas, el poder judicial, la administración pública y la educación, por acusaciones de haber participado en la asonada y por sus supuestos vínculos con Gülen, mientras que tanto el líder disidente como sus socios niegan cualquier implicación en el intento del golpe de Estado.

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