Publicada: miércoles, 30 de julio de 2025 9:38

Irán ha alcanzado un hito significativo en innovación médica, situándose entre los diez principales productores mundiales de válvulas cardíacas de tejido humano.

Por: Ivan Kesic

Este avance sitúa al país persa a la vanguardia de la atención cardíaca, ofreciendo soluciones vitales para pacientes que requieren reemplazos valvulares.

Liderado por expertos del Banco de Tejidos y Centro de Investigación Iraní (ITBRC, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Ciencias Médicas de Teherán, el proyecto combina ciencia de vanguardia con un riguroso control de calidad.

Conductos de ingeniería tisular de pequeño calibre, precursores de las válvulas cardíacas, ya se han aplicado clínicamente, ofreciendo resultados seguros y funcionales.

El centro produce válvulas aórticas y pulmonares en salas blancas estériles que cumplen con las normas ISO, lo que garantiza el cumplimiento de los estándares médicos internacionales.

La Universidad de Ciencias Médicas de Teherán (TUMS) y el Instituto Royan son contribuyentes clave a la ingeniería tisular y al desarrollo de válvulas.

El Ministerio de Salud de Irán ha prometido un apoyo continuo a este sector, enfatizando la importancia de soluciones sanitarias accesibles para todos los ciudadanos.

La capacidad de producción de Irán reduce los tiempos de espera y los costos, en consonancia con su estrategia más amplia de autosuficiencia biomédica en medio de las sanciones. Este progreso tiene importantes implicaciones económicas, posicionando a Irán como un actor competitivo en el mercado mundial de dispositivos médicos.

¿Qué son las válvulas cardíacas de tejido humano o válvulas biológicas?

Las válvulas cardíacas de tejido humano, también conocidas como aloinjertos u homoinjertos, son válvulas cardíacas obtenidas de donantes humanos fallecidos que se utilizan para reemplazar válvulas cardíacas enfermas o dañadas.

Estas válvulas son uno de los dos tipos de válvulas cardíacas biológicas o bioprotésicas, junto con los xenoinjertos, que se derivan de tejido animal (generalmente porcino o bovino) y se tratan químicamente (a menudo con glutaraldehído) para reducir la inmunogenicidad y minimizar la calcificación.

Además de las opciones bioprotésicas, las válvulas cardíacas artificiales incluyen dos categorías más:

  • Válvulas mecánicas, fabricadas con materiales sintéticos duraderos.
  • Válvulas de ingeniería tisular, una tecnología emergente que implica el crecimiento in vitro de válvulas cardíacas utilizando células humanas, diseñadas para integrarse a largo plazo con el cuerpo del paciente.

Las válvulas cardíacas de tejido humano imitan fielmente el comportamiento natural de las válvulas mitral, aórtica, tricúspide o pulmonar, proporcionando un flujo sanguíneo más fisiológico que las alternativas mecánicas.

Una ventaja clave es la menor necesidad de terapia anticoagulante de por vida, especialmente beneficiosa para pacientes con riesgo de hemorragia. Su funcionamiento más natural también contribuye a una mejor calidad de vida.

Estas válvulas son especialmente valiosas para poblaciones específicas de pacientes, como:

  • Niños y adultos jóvenes con enfermedad de la válvula aórtica
  • Pacientes con endocarditis infecciosa

Sin embargo, presentan desafíos:

  • Durabilidad limitada (normalmente de 10 a 20 años), con una degeneración más rápida en pacientes más jóvenes
  • Escasez de tejido donante para aloinjertos
  • Procesos de fabricación complejos y obstáculos regulatorios para las alternativas de ingeniería tisular

En última instancia, la elección entre válvulas de tejido y mecánicas depende de varios factores, como la edad del paciente, su estado de salud y su estilo de vida.

Para pacientes mayores, suelen preferirse las opciones bioprotésicas, en particular las válvulas de tejido humano.

¿Cuál es el potencial de mercado de estas tecnologías?

El mercado mundial de dispositivos valvulares cardíacos se valoró en 10 900 millones de dólares estadounidenses en 2023, y las válvulas bioprotésicas impulsaron el crecimiento debido al abandono de las opciones mecánicas.

Se proyecta que alcance los 38 200 millones de dólares estadounidenses para 2034, con una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) del 11,7 % entre 2024 y 2034, impulsada por el envejecimiento de la población y las innovaciones tecnológicas.

América del Norte tuvo la mayor cuota de mercado en 2023. Sin embargo, la región de Asia-Pacífico, incluyendo el papel emergente de Irán, se está expandiendo rápidamente debido al aumento de las inversiones en salud.

La cardiopatía valvular (CVD) es un problema de salud mundial cada vez mayor, en particular a medida que aumenta el envejecimiento de la población, junto con enfermedades relacionadas, como la valvulopatía aórtica calcificada (EAVC).

La cardiopatía reumática (CDR) afecta a millones de personas en todo el mundo, aproximadamente 74 millones en 2019. La cardiopatía reumática (CDR) plantea graves problemas en los países de ingresos bajos y medios, mientras que la cardiopatía vascular (CAVD) sigue siendo común en los países más ricos.

La carga mundial es considerable y contribuye a la morbilidad, la mortalidad y la reducción de la calidad de vida, lo que exige nuevas innovaciones y una mayor producción de las soluciones existentes.

Grandes empresas como Edwards Lifesciences, Medtronic y Boston Scientific dominan el mercado gracias a los xenoinjertos y las tecnologías transcatéter.

Las empresas emergentes, incluidos los productores nacionales iraníes, están ganando terreno al ofrecer alternativas rentables y desarrolladas localmente.

Aunque Irán se encuentra entre los 10 principales productores, su producción sigue siendo modesta en comparación con líderes como Estados Unidos y Alemania, y actualmente se destina principalmente a satisfacer las necesidades internas. No obstante, el éxito de Irán ofrece potencial para el crecimiento de las exportaciones, especialmente a los países vecinos.

Hasta la fecha, el Banco de Tejidos y Centro de Investigación de Irán (ITBRC) ha producido más de 1000 válvulas cardíacas, y más de 100 pacientes reciben trasplantes con estas válvulas cada año.

En los mercados occidentales, los reemplazos de válvulas cardíacas suelen costar entre 2000 y 10 000 dólares, y la mayoría oscila entre 5000 y 7000 dólares por válvula. Los procedimientos de reemplazo de válvula aórtica transcatéter (TAVR) pueden superar los 30 000 dólares.

Según funcionarios del ITBRC, las válvulas importadas en Irán suelen costar entre 6000 y 12 000 dólares, mientras que las de fabricación nacional se encuentran disponibles por aproximadamente 200 dólares.

Estas drásticas diferencias de precio ofrecen a Irán la oportunidad de desafiar el dominio occidental en el mercado global y ampliar su presencia en el turismo médico, atrayendo a pacientes extranjeros que buscan tratamientos asequibles.


Texto recogido de un artículo publicado en PressTV.