"Devolver solo una modesta porción de la tierra no supondrá eliminar los riesgos que presenta la base aérea de Futenma", ha recalcado este viernes el gobernador, Takeshi Onaga, durante una rueda de prensa.
Devolver solo una modesta porción de la tierra no supondrá eliminar los riesgos que presenta la base aérea de Futenma", recalca el gobernador de la prefectura japonesa de Okinawa, Takeshi Onaga.
La advertencia se produce después de que la embajadora estadounidense en Tokio (capital de Japón), Caroline Kennedy, afirmara en la misma jornada que Washington restituirá menos del 1 por ciento del territorio que ocupa en Ginowan la base de Futenma, en la isla de Okinawa (sur de Japón).
Onaga ha considerado el acuerdo alcanzado este viernes entre el Gobierno nipón y el de EE.UU. como un acto políticamente motivado. "Se percibe un fuerte componente político", ha subrayado.
La novedad consiste en devolver a los habitantes de Okinawa, en 2017, cuatro de las 481 hectáreas que ocupa Futenma, el aeródromo que Washington planea trasladar a la localidad de Henoko, una pequeña zona costera de Nago, en el norte de la isla.
Tanto el gobernador de Okinawa como los lugareños han expresado en reiteradas ocasiones su rechazo a dicha reubicación, criticando que los derechos humanos estén siendo descuidados en Okinawa por las actividades de la base militar de EE.UU.
La diplomática estadounidense ha anunciado también la devolución de 3 hectáreas de otra base logística que posee la Casa Blanca en el país asiático.
Kennedy ha mencionado además la posibilidad de devolver en el futuro el 68 por ciento de las tierras ubicadas al sur de la base aérea de Kadena, en la misma prefectura, y una zona de 4000 hectáreas en el norte de Okinawa, en la que se realizan ejercicios militares.
Okinawa ocupa solo el 0,6 por ciento del territorio nacional japonés, pero en la isla se concentra el 74 por ciento de las instalaciones militares de Estados Unidos en Japón.
Según datos de la administración de la prefectura de Okinawa, en su territorio hay acuartelados 25 800 militares y 19 000 civiles estadounidenses.
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