La violencia tuvo lugar la noche del lunes después de que las autoridades turcas decidieran levantar un toque de queda luego de mantenerla durante tres días. La restricción fue impuesta en la localidad de Silvan tras la muerte de dos soldados turcos como consecuencia de un ataque atribuido a los milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Diyarbakir.
Durante su llamada operación antiterrorista – Turquía tiene al PKK en su lista de grupos terroristas -, efectuada justo antes del anuncio del toque de queda, la policía turca acabó con la vida de 17 personas por la sospecha de tener vínculos con el PKK.
Turquía está viviendo una situación caótica desde el pasado mes de julio, cuando un atentado suicida atribuido por Ankara a la banda terrorista takfirí EIIL (Daesh, en árabe) hizo estragos en un mitin kurdo en la ciudad fronteriza de Suruç, dejando 32 muertos y más de 100 heridos
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