Más de 80 actuaciones procesales contra el humorista en los últimos 6 meses: controles fiscales, citaciones de todo tipo, denuncias variopintas, impuestos, multas, etc..
“Más de 80 actuaciones procesales contra el humorista en los últimos 6 meses: controles fiscales, citaciones de todo tipo, denuncias variopintas, impuestos, multas, etc.”, precisa el artista en su último comunicado a través de una red social.
Según informó ayer viernes la página Quenel Plus, las Producciones de la Pluma —compañía del cómico— han recibido una convocatoria oficial para presentarse ante los tribunales el próximo 25 de junio.
El motivo aducido es un fragmento de una frase, sacado de contexto: “Eso contrasta con la imagen que se nos ha inculcado en la escuela, en el parvulario y en la guardería del judío como eterna víctima en pijama a la que le han birlado un Picasso”.

Eso contrasta con la imagen que se nos ha inculcado en la escuela, en el parvulario y en la guardería del judío como eterna víctima en pijama a la que le han birlado un Picasso.
Para el fiscal se trata de “una expresión ofensiva, un término de desprecio o una invectiva que no imputa ningún hecho preciso”, según la definición legal de la injuria en Francia, y no una sátira de los clichés vehiculados desde hace décadas por la propaganda dominante en Occidente en general, y en Francia en particular.
“Presentaremos todas las respuestas útiles en la audiencia”, ha declarado el abogado de Dieudonné Jacques Verdier a la agencia francesa AFP.
Presentaremos todas las respuestas útiles en la audiencia.
Quenel Plus, página lanzada el año pasado por el propio Dieudonné, interpreta que el espectáculo se refiere “de manera precisa a los judíos que participaron en el comercio de seres humanos durante la trata de negros, y se regocija con el relato histórico que difunden los manuales escolares”.

Dieudonné es el único artista francés, en la historia de la Vª República —fundada en 1958—, que ha sido condenado por palabras pronunciadas sobre las tablas de un escenario, en un espectáculo humorístico.
Se refiere de manera precisa a los judíos que participaron en el comercio de seres humanos durante la trata de negros, y se regocija con el relato histórico que difunden los manuales escolares.
La constante persecución de Dieudonné por las autoridades francesas contrasta con su sempiterna presencia en las pantallas de televisión durante los años 90, como icono del antirracismo institucional.
En diciembre de 2003, Dieudonné ridiculizó en un sketch televisivo el belicismo histérico de los colonos israelíes y la fantasía neoconservadora del “Eje del Mal”, tras lo cual fue inmediatamente expulsado de los platós y ha sido difamado una y otra vez.
Manteniendo e incluso incrementando su popularidad fuera de los circuitos oficiales, en los últimos años ha sufrido una persecución creciente, y ha logrado poner de manifiesto la censura imperante en los medios de comunicación franceses, donde casi nadie se atreve a hablar bien del cómico, pese a que llena las salas sin cesar.
En marzo, poco después de las solemnes declaraciones de adhesión a la “libertad de expresión” de las autoridades francesas y occidentales que siguieron al atentado contra el semanario Charlie Hebdo, Dieudonné fue condenado por una pretendida “apología del terrorismo” a causa de una frase en la que ridiculizaba el trato al que es sometido: “me siento Charlie Coulibaly”.
mla/nii