• Manuel Valls, primer ministro francés, durante un debate ante el Parlamento francés, 25 de mayo de 2016.
Publicada: sábado, 28 de mayo de 2016 14:58
Actualizada: jueves, 11 de mayo de 2017 7:34

El Gobierno de Francia no cederá en su proyecto de reforma laboral, que en los últimos días ha provocado masivas y fuertes protestas de los sindicatos del país europeo.

“Mi puerta sigue abierta, sigo dispuesto a discutir. Pero cuando un texto ha sido discutido, ha suscitado compromisos con las partes sociales, ha sido adoptado por la Asamblea Nacional (Cámara Baja), considero que mi responsabilidad es ir hasta el final”, sostiene este sábado el primer ministro galo, Manuel Valls, citado por el diario local Aujourd'hui.

A su juicio, retirar el texto, algo que reclaman sus críticos, no favorece a los empresarios, por lo que insiste en seguir el proyecto “con determinación”.

Mi puerta sigue abierta, sigo dispuesto a discutir. Pero cuando un texto ha sido discutido, ha suscitado compromisos con las partes sociales, ha sido adoptado por la Asamblea Nacional (Cámara Baja), considero que mi responsabilidad es ir hasta el final”, sostiene Manuel Valls, primer ministro galo.

Por su parte, el presidente francés, François Hollande, reiteró el viernes su apoyo a la reforma laboral, considerada por la mayoría de los trabajadores perjudicial para sus derechos. “Me mantendré firme porque es una buena reforma”, aseguró.

Valls tiene previsto reunirse este sábado con los representantes de los sectores petroleros y los transportistas —los dos grupos más afectados por la paralización total o parcial de seis de las ocho refinerías del país— para discutir con ellos el suministro actual de carburante.

El Gobierno galo confirma que un 20 % de depósitos petroleros siguen en dificultades de suministro.

Los bloqueos y las huelgas, en particular en el sector de la energía, con problemas de escasez de carburante y riesgo de cortes eléctricos parciales, marcaron el jueves el inicio de su octava jornada.

Los manifestantes contra la reforma laboral exigen la retirada del proyecto de ley, puesto que lo consideran totalmente favorable a las empresas y que no protege lo suficiente a los asalariados.

El jefe del Estado François Hollande, cuya popularidad está en mínimos a solo un año de las presidenciales, cuenta con este proyecto para desbloquear el mercado de trabajo, en un país con un paro endémico del 10 %.

La revuelta social amenaza con bloquear el país a tres semanas de la inauguración de la Eurocopa 2016 de fútbol.

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