Así lo ha informado este viernes el Estado Mayor del Ejército turco mediante un comunicado, en el que ha detallado que los ataques fueron desencadenados sobre el campo de entrenamiento de Metina (Irak).
Varios altos mandos de las milicias kurdas ―a las que Ankara califica de terroristas― se encuentran entre los fallecidos, de acuerdo con el anuncio del Ejército, que abarca el período desde el pasado 15 de abril al 18 de mayo.
Por otro lado, y según atestiguan medios locales, la cifra de guerrilleros que han perdido la vida por las operaciones militares dentro del territorio turco, concretamente en el sureste del país, sigue en aumento.
En la ciudad de Nusaybin, en la provincia de Mardin (sur de Turquía), el balance es ya de 440 muertos. Asimismo, en la provincia suroriental de Sirnak son ya 441 fallecidos, contando nueve muertos en las operaciones de hoy viernes.
En diciembre de 2015, el Ejército turco emprendió una ofensiva a gran escala en el sureste del país para eliminar a los milicianos del PKK y esta ofensiva sigue en pie en 2016. Ankara acusa al PKK y sus aliados de intentar arrebatar la seguridad al pueblo turco.
En enero, Turquía informó de la caída en combate de 610 miembros del PKK desde el mes de diciembre, pero, obviando las víctimas de uno y otro lado, Ankara hace oídos sordos a las llamadas nacionales e internacionales para poner fin a la violencia en el país, que, además, ha provocado decenas de miles de desplazados.
A principios del mes en curso, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidió a Turquía que le permita comprobar “in situ” las “alarmantes” informaciones sobre abusos cometidos en el marco de la ofensiva contra los kurdos.
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