Atenas, recomendó la CE, debe mejorar la acogida de los solicitantes de asilo y seguir "los pasos concretos" para implementar "nuevamente el sistema Dublín".
Dublín no está muerto. Lo mantenemos con vida el tiempo necesario para comenzar su revisión", aseveró el comisario de Inmigración y Asuntos del Interior de la UE, Dimitris Avramopoulos.
El denominado reglamento de Dublín estipula que los pedidos de protección deben ser tratados en el primer país de la Unión Europea (UE) al que llegó un demandante. El protocolo fue suspendido en 2011 por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), debido a las "deficiencias sistemáticas" y malas condiciones de vida de los refugiados.
La Comisión solicitó que Atenas se "focalice en las capacidades de acogida y condiciones de vida de los solicitantes de asilo (...) y permita un acceso efectivo a los procedimientos de asilo, incluidas las apelaciones".
Hace apenas unos días la UE acusó a Grecia de evidenciar “claras carencias en los controles de sus fronteras exteriores” y amenazó con ejercer suspensiones de la libre circulación de personas en el espacio sin fronteras Schengen.
En la misma jornada del miércoles, la Comisión también envió "un claro y fuerte mensaje" a los Estados miembros del bloque para que aceleren la acogida de los 160.000 refugiados llegados a Grecia e Italia, máxime cuando el mecanismo de reparto por cuotas adoptado el año pasado apenas logró reubicar a unos 400 solicitantes de asilo.
En marzo, la UE debatirá cambios al sistema Dublín, que está desbordado debido al flujo de migrantes, quienes desembarcan en Italia o Grecia pero prefieren continuar hacia el norte del continente para presentar una solicitud de asilo.
"Dublín no está muerto. Lo mantendremos con vida el tiempo necesario para comenzar su revisión", aseveró el comisario de Inmigración y Asuntos del Interior de la UE, Dimitris Avramopoulos.
Sobre alguna sanción a los Estados que no aplican esta normantiva, dijo que no está prevista esa opción y agregó que, por el momento, la CE no quiere castigar a nadie; lo que sí queremos es que todo el mundo afronte sus responsabilidades. “Si algunos Estados miembros reaccionan de forma negativa y no quieren cumplir las reglas, tenemos los medios para intentar convencerlos”, apostilló.
En los últimos meses, Europa ha afrontado una afluencia sin precedentes de refugiados provenientes, sobre todo, de países azotados por el terrorismo de grupos como el EIIL (Daesh, en árabe), entre ellos Siria, Irak y Afganistán. El flujo se ha acrecentado entre agosto y noviembre del año pasado.
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