“Todos estos ataques que se lanzan en el mundo de parte de la potencia norteamericana y otras potencias europeas no tienen ninguna sustentación jurídica legal, son crímenes de guerra”, aseguró ayer viernes el mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, en concreta referencia a las políticas injerencistas de EE.UU. hacia Venezuela, Cuba y Bolivia.
Ortega hizo tales declaraciones al intervenir en la XVI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA)-Tratado de Comercio de los Pueblos, donde también señaló que Washington utiliza en ocasiones a la Organización de Estados Americanos (OEA) “para intervenciones militares”.
Asimismo, reprochó al país norteamericano por haberle este “pegado la patada” al derecho internacional y actuar de forma unilateral por encima de resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU).
Todos estos ataques que se lanzan en el mundo de parte de la potencia norteamericana y otras potencias europeas no tienen ninguna sustentación jurídica legal, son crímenes de guerra”, dice el mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, en concreta referencia a las políticas injerencistas de EE.UU. hacia Venezuela, Cuba y Bolivia.
Al mismo respecto, asemejó la incapacidad estadounidense de convivir con las normas del derecho internacional a “los estertores de un país en decadencia” frente al multilateralismo. “Siguen creyendo que ellos son hoy los amos del planeta”, agregó.
Dentro del marco de las injerencias estadounidenses ya reprobadas por Managua, el Congreso de EE.UU. aprobó el pasado martes el proyecto de la ley de Condicionalidad de la Inversión Nicaragüense, conocida como NICA Act (acrónimo en inglés de Nicaraguan Investment Conditionality Act) que supeditará los préstamos de instituciones financieras multilaterales al Gobierno de Nicaragua, y establecerá una serie de sanciones y bloqueos a su economía.
Asimismo, el Departamento estadounidense del Tesoro sancionó, en noviembre, a dos de los más estrechos colaboradores del Gobierno de Nicaragua, a saber: a la vicepresidenta y primera dama, Rosario María Murillo de Ortega, y al asesor de Seguridad Nacional, Néstor Moncada Lau.
Ortega le ha exigido, varias veces, a su par estadounidense, Donald Trump, que deje de influir en las decisiones de Nicaragua, además de acusar a EE.UU. de estar detrás de las manifestaciones de la oposición nicaragüense, que dieron comienzo en el mes de abril para exigir un cambio de gobierno.
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