Una reforma que busca dar mayor control al Estado en el sector eléctrico y limitar al 46% la participación del sector privado, sobre todo las empresas extranjeras de EE.UU. y Europa, en la generación de energía.
Sin embargo, esta decisión encolerizó al Gobierno de EE.UU., con su embajador en México, advirtiendo de “litigios sin fin” por la ley. Al respecto, López Obrador reiteró que México es un país independiente y que actuará con reciprocidad.
Rechazó además que su reforma viole el tratado de libre comercio con EE.UU. y Canadá, tal como alegaba el embajador estadounidense.
El presidente recordó que la próxima semana se votará su iniciativa en la Cámara de Diputados, donde denunció que empresas y el gobierno de EE.UU. hacen lobby con la oposición para bloquear la ley. Aun con todo, advirtió que, de no aprobarse, tiene un plan B.
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