Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha asegurado este jueves que su país no va a entregar a los nueve altos cargos del Gobierno del presidente depuesto de Bolivia, Evo Morales, que han buscado refugio en la embajada mexicana en La Paz, capital administrativa, tras el golpe de Estado el pasado 10 de noviembre y la autoproclamación del gobierno de facto.
“Si nosotros entregamos a estas personas, estaríamos acabando con el derecho de asilo que para México es sagrado, es parte del derecho internacional”, ha afirmado el mandatario mexicano en una rueda de prensa.
López Obrador ha indicado que su canciller, Marcelo Ebrad, tiene la instrucción de hacer “valer el derecho de asilo”, enfatizando que México siempre defiende sus principios de política exterior y no va a caer en ninguna provocación.
Alrededor de una decena de dirigentes del partido del Movimiento al Socialismo (MAS), liderado por Morales, se refugiaron en la embajada mexicana en La Paz, entre ellos, el exministro de la Presidencia de Morales, Juan Ramón Quintana, a quien el gobierno de facto acusa de “sedición y terrorismo”.
El gobierno de la presidenta autoproclamada boliviana, Jeanine Áñez, ha emitido órdenes de aprehensión contra algunos de los asilados, quienes, según el presidente mexicano, ya estaban protegidos dentro de la residencia mexicana.
En otra parte de sus declaraciones, López Obrador ha elogiado la labor realizada por la embajadora mexicana en La Paz, María Teresa Mercado, quien regresó a México después de que Áñez la expulsara a ella y a dos diplomáticos españoles de Bolivia declarándoles personas no gratas.
Las relaciones entre México y el gobierno de facto se han visto afectadas después de que el presidente azteca repudiara el golpe de Estado contra Morales y le otorgara asilo político.
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