El primer convoy fue atacado en la provincia de Babilonia, en el centro del país mesopotámico, y unas horas después, otra caravana sufrió un atentado mientras recorría la ciudad de Al-Nasiriya, en el sureste, tal y como informó la noche del domingo el canal de Telegram Saberin News.
El número de ataques contra las instalaciones militares y diplomáticas norteamericanas se ha disparado en los últimos meses, a medida que los iraquíes alzan la voz con más vigor para demandar la salida de las tropas de EE.UU. La coalición liderada por Washington ha solicitado en varias ocasiones la ayuda de empresas locales para esquivar los ataques y transferir sus equipos.
Es más, los grupos de Resistencia han amenazado con intensificar sus acometidas, si las tropas extranjeras se niegan a retirarse de su patria hasta finales de este año en curso.
El presidente norteamericano, Joe Biden, anunció que sus fuerzas abandonarían el territorio iraquí hasta el 31 de diciembre, no obstante, tanto el Departamento de Defensa (el Pentágono) como el Comando Central de EE.UU. (Centcom, por sus siglas en inglés), han afirmado que cerca de 2500 soldados norteamericanos permanecerán en Irak más allá de lo previsto, supuestamente, para seguir ofreciendo asistencia militar al Gobierno iraquí.
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