Para derrotar a esta banda terrorista, adujo el lunes la máxima responsable de la UE hay que encontrar las principales causas del surgimiento de este grupo takfirí.
Mogherini, además hizo referencia a los bombardeos efectuados por la denominada coalición anti-EIIL, encabezada por Estados Unidos para luego apreciar que la opción militar no es suficiente para erradicar de raíz a los integrantes de Daesh.
De igual modo admitió que para vencer a Daesh, Irak necesita la unidad de todas las tribus para después convertirse en un país sólido y democrático.
Estos grupos armados que gozaan de los apoyos omniscientes de algunos países occidentales y sus aliados, han cometido ingentes crímenes de lesa humanidad contra los ciudadanos inocentes de Siria e Irak, matando a cientos de miles de personas.
Ante el agravamiento de la crisis, el pasado 8 de agosto, Estados Unidos y sus aliados iniciaron ataques aéreos en Irak bajo la égida de la llamada coalición internacional anti-Daesh, con el objetivo de acabar con este grupo terrorista: a finales del mes de septiembre los extendieron hasta Siria.
Empero varios analistas políticos cuestionan los objetivos de Washington en esta nueva lucha contra el terrorismo en el Oriente Medio, ya que las autoridades de EE. UU., en varias ocasiones han confesado que las políticas erróneas de la Casa Blanca fueron las principales causas para el surgimiento de Daesh.
Hace diez días, la exsecretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton, reconoció su “error” al dar el visto bueno a la invasión estadounidense a Irak en el año 2003, que desembocó en el surgimiento de Daesh.
Asimismo, a mediados de marzo, el presidente norteamericano, Barack Obama, confesó que la decisión del expresidente de EE. UU. George W. Bush de invadir Irak en 2003 supuso el origen de esta banda terrorista.
Las memorias de Hillary Clinton, y los documentos filtrados por el exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional de EE. UU. (NSA, en inglés) Edward Snowden, corroboran que el EIIL ha sido creado por un trabajo conjunto de servicios de Inteligencia de EE.UU., el Reino Unido y el régimen de Israel, para satisfacer los intereses de Washington y sus aliados en Oriente Medio.
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