El evento fue organizado por el Gobierno de Juan Orlando Hernández. La embajadora de Estados Unidos acreditada en Honduras, Heide Fulton, también se hiso presente, y sostuvo que este apoyo militar-policial a Honduras es en el marco del acuerdo con el Triángulo Norte de Centroamérica.
El costo total de la construcción de esta base de despliegue fue de más de tres millones de dólares, bajo la sección de asuntos internacional contra el narcotráfico y aplicación de la ley de Estados Unidos.
Washington ha desbocado su apoyo al grupo especial Tigres y ha reducido paulatinamente el apoyo al Ministerio de Defensa y por ende a las fuerzas armadas de este país; quienes han remplazado ese armamento por los dotados pro el régimen de Israel.
200 efectivos Tigres pueden vivir en las instalaciones, elementos que se utilizaron para reprimir las protestas contra el supuesto fraude electoral, el pasado mes de noviembre.
Con esto, Estados Unidos afianza aún más su presencia militar y control en Honduras, desde donde históricamente se atacaron revoluciones en otros países de Latinoamérica.
Dassaev Aguilar, Tegucigalpa.
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