Doce años han pasado desde que la CICIG llegó a Guatemala para combatir las estructuras criminales enquistadas en el Estado como parte de un experimento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), único en el mundo.
Hoy después de más de 120 casos presentados ante la Justicia, 70 estructuras criminales investigadas y alrededor de 650 personas guardando prisión y sometidas a proceso penal incluyendo un exbinomio Presidencial, la CICIG se va de Guatemala.
Empresarios, jueces, magistrados, diputados, narcotraficantes y particulares fueron sometidos a la justicia gracias a las investigaciones de la CICIG, pero sobre todo la comisión le permitió a los guatemaltecos saber en donde estaban parados, y es, a merced de quienes han sido perseguidos por la justicia y que dicen cobrarán venganza.
Incluso el actual presidente guatemalteco, Jimmy Morales y su familia fueron alcanzados por la CICIG, algo que propició una enemistad entre el mandatario y el jefe de la Comisión, Iván Velásquez, a quien Morales terminó expulsando de Guatemala y quien desde el extranjero y por medio de una videoconferencia se despidió de los guatemaltecos apelando a la unidad.
Las últimas encuestas previo a la salida de la CICIG de Guatemala dan cuenta que un 70 % de los guatemaltecos consultados apoyaba la permanencia de la comisión en el territorio, una salida que a decir de analistas es la mayor oportunidad perdida de rescatar de la corrupción e impunidad a todo un país.
En respuesta a la salida de la CICIG de Guatemala, el presidente electo, Alejandro Giammattei, ha dicho que invertirá alrededor de 10 millones de dólares en la conformación, cuyo principal objetivo será la persecución de la corrupción y la impunidad en su Gobierno.
Miguel Salay, Ciudad de Guatemala.
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