Los médicos se manifestaron a las puertas del Ministerio de Sanidad francés para denunciar su situación, precaria y discriminatoria, porque no tienen los mismos derechos que el resto de la profesión.
Los médicos que han cursado sus estudios en un país que no pertenece a la Unión Europea (UE), el próximo 1 de enero tendrán que dejar de ejercer obligados por una legislación absurda.
Por tener un diploma exterior a la UE, estos médicos cobran la mitad que sus homólogos franceses o europeos. También trabajan en los servicios que los demás no quieren: en geriatría, reanimación o psiquiatría.
Estos médicos sustentan un hospital público que ve sus servicios saturados, en el que se cierran camas y faltan manos para atender a todos los pacientes. El que tengan que dejar de trabajar a partir del 1 de enero será un duro golpe para una sanidad pública en crisis.
La presencia de estos médicos en la sanidad pública es indispensable para que pueda seguir funcionando, y el Gobierno de Francia lo sabe, pues ha otorgado derogaciones en los últimos años para que puedan seguir ejerciendo.
Si una solución no es encontrada, en las próximas semanas quienes sufrirán las consecuencias son sobre todo los enfermos.
Juan José Dorado, París.
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