Al mismo tiempo el Gobierno húngaro ha declarado el estado de emergencia en los condados sureños de Bacs-Kiskun y Csongrad, fronterizos con Serbia y Rumanía, debido a la alta concentración de refugiados en las fronteras.
Los policías y soldados húngaros desplegados en la frontera han detenido a al menos 60 refugiados que intentaban entrar en el territorio de Hungría y han advertido que las fuerzas de seguridad de dicho país cuentan con la autorización del Gobierno central para mantener cerrados los pasos fronterizos y detener a todos aquellos que intenten cruzarlos.
Budapest, tras registrar un récord en el número de solicitantes de asilo que se adentraron en el territorio húngaro, cerró el lunes sus fronteras y autorizó la represión contra los refugiados que intenten cruzarlas sin ser detectados.
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