• El satélite militar iraní Nur, antes de ser lanzado por el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán.
Publicada: martes, 28 de abril de 2020 8:16
Actualizada: martes, 28 de abril de 2020 15:21

Una organización europea evalúa las fortalezas del lanzamiento del satélite militar iraní, y asevera que este éxito allanará el camino para lanzar un misil balístico.

El Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán lanzó el pasado miércoles con éxito su primer satélite militar, llamado “Nur (luz en persa)”, a la órbita a bordo del portador de tres fases Qased y se colocó a 425 kilómetros de la superficie de la Tierra en una operación que tuvo lugar en el desierto central de Irán.

En este contexto, la Red de Liderazgo Europeo (ELN), a través de un informe titulado “¿las ambiciones espaciales de Irán han creado un nuevo giro preocupante?”, examinó el sábado las características del lanzamiento del satélite iraní, describiéndolo como un progreso significativo en el programa espacial de Irán.

La diferencia del lanzamiento de Qased con otros anteriores fue que las personas que presionaron el botón de despegue” pertenecen al CGRI, mientras los lanzamientos de satélites iraníes son realizados tradicionalmente por la Agencia Espacial del país persa en cooperación con el Ministerio de Defensa.

 

Esta nueva configuración institucional, según el informe, también se reflejó en la ubicación del lanzamiento.

Al respecto señaló que este satélite fue el primero que se lanzó fuera del perímetro del puerto espacial de Imam Jomeini en Teherán (la capital), y despegó del complejo de lanzamiento de misiles del CGRI en la región Shahroud, en la llanura desértica.

“Sin embargo, el papel del CGRI en el Qased no se limitó simplemente a las operaciones de lanzamiento. Tanto el motor de segunda etapa del Qased, como el satélite Nur en sí, fueron desarrollados por el CGRI”, explicó.

Además, la Red de Liderazgo Europeo describió las características avanzadas de este lanzamiento de la siguiente manera: El Qased es un cohete de tres etapas, que utiliza un misil de combustible líquido Qadr como su primera etapa, un motor propulsor sólido Salman como su segunda etapa y un pequeño motor desconocido como su tercera etapa.

El combustible líquido Qadr es una versión mejorada usada en el Shahab 3, agregó, señalando que este combustible líquido es un caballo de batalla estándar de la fuerza de misiles iraníes y ya ha servido como base satelital de Safir en el pasado.

“Hay indicios de que Irán ya ha logrado ampliar sus avances recientes en tecnología de propulsores sólidos”, afirmó la organización europea.

También, en este sentido, mencionó las palabras del comandante de la División Aeroespacial del CGRI, el general de brigada Amir Ali Hayizade, quien afirmó que el uso del combustible líquido Qadr como primera etapa era solo una solución provisional barata para probar el Salman y que a partir de ahora se utilizarían una primera etapa de combustible sólido.

 

Sin embargo, esta organización, en línea con las declaraciones de EE.UU. y algunos de los países europeos, describió tales características como indicativas del deseo de Irán de perseguir objetivos civiles, alegando que Teherán busca obtener concesiones de Occidente tomando tales medidas. 

Presionados por EE.UU., los Gobiernos de Francia y Alemania, por su parte, criticaron el lanzamiento exitoso del satélite iraní Nur, afirmando que contravenía la resolución 2231 de 2015, que ratifica el acuerdo nuclear suscrito el mismo año por Teherán y el Grupo 5+1 (entonces formado por Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania).

EE.UU. bajo el liderazgo de Donald Trump abandonó unilateralmente el pacto en mayo de 2018, por considerarlo inapropiado, y desde entonces ha estado presionando a sus socios europeos para obligarlos a seguir sus pasos con respecto al acuerdo.

En respuesta a tales acusaciones, el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, alertó que ni EE.UU., ni Europa pueden “dar una conferencia a Irán sobre la base de lecturas erróneas de la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU)”.

Teherán ha asegurado tantas veces que el desarrollo de su capacidad militar se fundamenta en una doctrina defensiva y no representa amenaza alguna para terceros países.

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