El ayuntamiento de Barcelona votará el próximo 27 de enero una petición, presentada por los partidos de izquierda liderados por la alcaldesa de la urbe, Ada Colau, y el movimiento global antisraelí de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), entre otros, para poner fin al hermanamiento entre la ciudad española y Tel Aviv, en los territorios palestinos ocupados por Israel, vigente desde 1998.
Una petición en línea para romper cualquier alianza entre las dos ciudades ha conseguido recoger más de 5000 firmas y los impulsores de la iniciativa buscan “imponer un precio a Israel” por sus horribles crímenes que ha cometido durante décadas contra el pueblo palestino.
“Israel comete crímenes contra el pueblo palestino, asesina a miles de palestinos, incluidos cientos de niños, y fortalece el proyecto de limpieza étnica y el régimen del apartheid. La comunidad internacional debería imponer un precio a Israel y aislarlo como lo hizo en el pasado con [el régimen de apartheid de] Sudáfrica. Esta es una demanda del pueblo palestino. Cortemos los lazos con Israel hasta que respeten sus derechos”, se lee en la petición.
De aprobarse la iniciativa, con el lema de “Barcelona dice no al apartheid”, la capital de la región de Cataluña mantendría sus relaciones oficiales con la Franja de Gaza, con la que también mantienen un acuerdo de hermanamiento desde 1998.
En respuesta al racismo y crímenes que comete Israel, la alcaldesa de Barcelona ha vuelto a entregar la Oficina de Asuntos Religiosos —un servicio municipal que funciona como referente en temática religiosa y espiritual— a una fundación que trabaja para “impulsar espacios de encuentro y diálogo con la cultura árabe y las comunidades musulmanas”.
¿Cómo reacciona Israel?
El conjunto de estas acciones ha provocado el rechazo y la ira de las comunidades judías de Barcelona y del régimen de Tel Aviv. Israel está trabajando para frustrar la iniciativa a través de presiones y canales diplomáticos que mantiene con España.
Esta semana, la comunidad judía envió una carta a Colau en la que consideró la iniciativa como “alarmante” y afirmó que los judíos de Cataluña la ven como un acto de “antisemitismo” y una “campaña de ruptura” con Israel.
La iniciativa se lleva a cabo, mientras que el gabinete ultraderechista del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, desde su llegada al poder a finales de diciembre ha intensificado la represión, asesinatos diarios, y las incursiones en ciudades y pueblos palestinos y la profanación de la Mezquita Al-Aqsa. Además, busca expandir los asentamientos en toda Cisjordania, lo que derivará en más represión de los palestinos y los ciudadanos árabes dentro de los territorios ocupados.
ftm/ctl/mrg