“Queremos un gobierno para todos los catalanes, no queremos un gobierno solo para los independentistas (…), queremos un gobierno que deje atrás esta pesadilla del proceso separatista”, reclamó al final de la marcha desde una tarima frente a la estación ferroviaria de Francia, Alex Ramos, vicepresidente de la asociación convocante, Sociedad Civil Catalana (SCC).
El lema con el que había llamado a desfilar SCC, que ya en octubre pasado convocó una enorme manifestación contra la hipotética independencia de Cataluña (noreste de España), era “Ahora más que nunca, sensatez” y ha estado caracterizada por la alternancia de banderas nacionales españolas, catalanas y de la Unión Europea (UE).
Como representantes de partidos opuestos a la independencia, han estado Albert Rivera, líder del antinacionalista Ciudadanos, y Miquel Iceta, líder del Partido Socialista de Cataluña (PSC), que han reclamado ambos la formación de un ejecutivo regional “capaz de trabajar en la legalidad”, en palabras de Iceta.
Las elecciones de diciembre dejaron un parlamento regional muy fragmentado, con Ciudadanos como primera fuerza, pero con mayoría de formaciones independentistas, que sin embargo no se han puesto de acuerdo en la estrategia a seguir, ante la huida del país del expresidente de la Generalidad Carles Puigdemont y el procesamiento de otros de sus líderes.
Queremos un gobierno para todos los catalanes, no queremos un gobierno solo para los independentistas (…), queremos un gobierno que deje atrás esta pesadilla del proceso separatista”, reclama Alex Ramos, vicepresidente de la asociación Sociedad Civil Catalana (SCC).
Precisamente este domingo, el partido Izquierda Republicana de Cataluña (ERC, por sus siglas en catalán) ha anunciado un acuerdo de gobierno “absolutamente cerrado” con la plataforma Juntos por Cataluña (JxCat) al que ambas formaciones necesitarían ahora que se sumen las Candidaturas de Unidad Popular (CUP) para que llegue a puerto.
Hasta el jueves, sin embargo, ERC y JxCat insistían en investir como presidente autonómico al diputado Jordi Sánchez, encarcelado “preventivamente” por su participación en el proceso separatista y al que a principios de mes rechazó liberar el Tribunal Constitucional (TC). Las CUP lo rechazan además por considerar su designación “una sumisión total a la legalidad española”.
Mientras no se forme ejecutivo regional, Cataluña, de 7.5 millones de habitantes, sigue administrada bajo la tutela del Gobierno central y, de persistir el bloqueo, podría ser necesario repetir elecciones, aunque en la marcha de Barcelona el presidente del Partido Popular (PP) en Cataluña, Xavier García Albiol, ha dicho hoy que considera esa repetición “improbable, por no decir imposible”.
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