“Un referéndum es un proceso que se basa en una convocatoria, que no existe porque ha sido suspendida por el Tribunal Constitucional, y trae consigo un conjunto de elementos materiales: censo, urnas, papeletas, locales donde votar, tarjeta censal, una administración electoral. Ninguno va a existir en este proceso, por lo tanto no habrá referéndum”, ha afirmado Rafael Catalá, el ministro de dicha Cartera, en una entrevista publicada este domingo en el diario local La Razón.
El funcionario también ha hecho hincapié en que Madrid está dispuesto a dialogar sobre todos los problemas con las autoridades catalanas, pero dialogar exigiendo que del diálogo forme parte ese referéndum es hacerlo imposible desde el inicio.
Tras instar a la Generalitat de Cataluña a no crear tensiones enfrentando a unos catalanes con otros, Catalá ha añadido que el Gobierno español no va a caer en ninguna trampa de provocación de altercados de orden público.
A continuación, ha declarado que en caso de que se efectúe el referéndum, Madrid recurrirá a utilizar todos los mecanismos para garantizar que la ley se cumpla.
Un referéndum es un proceso que se basa en una convocatoria, que no existe porque ha sido suspendida por el Tribunal Constitucional, y trae consigo un conjunto de elementos materiales: censo, urnas, papeletas, locales donde votar, tarjeta censal, una administración electoral”, dice Rafael Catalá, el ministro de Justicia de España.
“Estamos en presencia de delitos de desobediencia, prevaricación y malversación (…) Un referéndum contra la Constitución no puede ser democrático. Es un delito y tiene una responsabilidad penal. Y si son 700 (alcaldes catalanes soberanistas) los que cometen un delito, serán 700 los que irán a juicio”, ha alertado.
Catalá ha lanzado la advertencia después de que 700 alcaldes catalanes desafiaron el sábado a Madrid y respaldaron el referéndum independentista que tiene previsto celebrarse el 1 de octubre.
En caso de que gane el sí en una región del tamaño de Bélgica, los independentistas prevén activar la transición hacia “una República catalana”.
Sin embargo, los catalanes siguen estando muy divididos: el 49,4 % estaría contra la secesión y el 41,06 %, a favor, según un sondeo encargado por el Gobierno regional en julio.
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