Es un día histórico para España: el fin de un capítulo negro que duró décadas. La organización separatista vasca ETA (Euskadi Ta Askatasuna) ha concluido el proceso de su desarme con la entrega de una lista de zulos a la Policía francesa.
Se trata de ocho depósitos que contienen 120 armas de fuego, tres toneladas de explosivos y miles de municiones. Las autoridades galas ya están recogiendo las armas en los lugares facilitados.
Estos depósitos se encuentran en el departamento de los Pirineos Atlánticos del suroeste francés, fronterizo con España y refugio habitual del movimiento clandestino.
Sin embargo, el desarme de ETA ha creado reacciones mixtas. De una parte, el Gobierno le exige que pida perdón a sus víctimas y se disuelva. Mientras tanto, para muchos, el desarme no es nada más que una farsa.
Después de casi medio siglo de lucha por la independencia del País Vasco de España que dejó más de 800 muertos, ETA anunció en octubre de 2011 la renuncia definitiva de su actividad armada. Pero, rechazaba el desarme y la disolución unilateral, exigidos por Madrid y París.
Sin embargo, el pasado marzo, ETA, derrotado a nivel policial, anunció finalmente que estaba lista para desarmarse sin condiciones. Desaparece así para siempre el último grupo armado de Europa occidental.
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