Aref dijo que el programa nuclear de Irán es completamente pacífico, enfatizando que las armas nucleares no tienen lugar en la estrategia de defensa del país.
En una entrevista con el periódico Irán publicada este domingo, el alto cargo del Ejecutivo iraní manifestó que la República Islámica nunca ha llevado a cabo actividades nucleares no pacíficas y que continuará manteniendo esta postura.
“La doctrina nuclear de Irán excluye explícitamente el uso de armas nucleares”, subrayó Aref.
En otra parte de sus comentarios, se refirió a los actuales diálogos indirectos entre Irán y Estados Unidos, y aseguró que el éxito de las conversaciones requiere respeto mutuo e igualdad entre las partes.
Enfatizó que Irán está abierto al diálogo, pero no aceptará negociaciones donde una de las partes intente imponer sus demandas injustamente.
Aref expresó su esperanza de que los diálogos indirectos entre Teherán y Washington pudieran conducir a resultados positivos, incluido el levantamiento de las sanciones.
El vicepresidente destacó que el gobierno de Irán sigue comprometido con la diplomacia y la cooperación, evitando la confrontación y promoviendo la unidad y el compromiso constructivo con los socios internacionales.
La actual doctrina nuclear de Irán, vigente desde la Revolución Islámica de 1979, enfatiza la aplicación pacífica de tecnología nuclear que se ajuste al Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear, ya que la República Islámica es uno de los signatarios del tratado multilateral.
Conforme a esta doctrina, está permitido el uso de la energía nuclear para fines no militares y prohibido el desarrollo de armas nucleares.
Irán y Estados Unidos han mantenido cinco rondas de conversaciones desde el 12 de abril, mediadas por Omán, con el objetivo de alcanzar un acuerdo sobre el programa nuclear iraní y el levantamiento de las sanciones impuestas a Teherán.
En las nuevas negociaciones en curso, la República Islámica insiste en que el levantamiento de las sanciones debe generar beneficios económicos tangibles para el pueblo iraní y ha reafirmado que el derecho de Irán a enriquecer uranio es una línea roja.
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