La Cámara de los Comunes ha aprobado la segunda lectura del Proyecto de Acuerdo de Salida negociado entre el premier británico, Boris Johnson, y la Unión Europea (UE) con 329 votos a favor y 299 en contra, pero inmediatamente después, en una segunda votación, con 322 diputados a favor y 308 en contra, ha rechazado la tramitación urgente del acuerdo que pretendía el Ejecutivo, es decir, aprobar el texto del acuerdo en solo tres días, o sea, para el jueves.
Esta votación imposibilita una salida para el 31 de octubre, y ahora se inicia una fase en la que la ley está abierta a nuevas enmiendas que pueden complicar su ratificación.
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Tras su derrota, Johnson ha dicho que suspenderá sus esfuerzos por aprobar la ley del Brexit y que, en cambio, esperará la respuesta de la Unión Europea sobre una postergación de la fecha de salida más allá del 31 de octubre con el objetivo de determinar si reactiva la tramitación de la ley que implementará el acuerdo.
“Hablaré con los países miembros de la UE sobre sus intenciones y hasta que tomen una decisión, vamos a suspender esta legislación”, ha afirmado.
Hablaré con los países miembros de la UE sobre sus intenciones y hasta que tomen una decisión, vamos a suspender esta legislación”, ha dicho el premier británico, Boris Johnson, después de que el Parlamento británico rechazara la tramitación urgente del acuerdo que pretendía el Ejecutivo.
El premier se declara “decepcionado” porque la Cámara haya votado otra vez por un retraso, en lugar de aceptar un calendario que habría permitido salir con un acuerdo el 31 de octubre.
Antes de la segunda votación, Johnson advirtió que “Si el Parlamento se empeña en retrasar el Brexit hasta enero o más allá, no nos quedará más remedio que intentar forzar un adelanto electoral”. En paralelo, se disponía a acelerar los preparativos para un Brexit sin pacto.
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El bloque comunitario está dividido entre la concesión de otro aplazamiento a Londres y lidiar con la incertidumbre que conlleva o negárselo y correr el riesgo de una salida sin acuerdo del Reino Unido.
Alemania se ha mostrado interesada en aceptar la solicitud y otorgar otro aplazamiento, pero Francia argumenta que a nadie le interesa un retraso adicional.
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